EL municipio de Ziortza-Bolibar, también conocido como La Puebla de Bolívar o Zenarrutza-Bolívar, situado en la comarca de Lea-Artibai, prácticamente en el límite con Gipuzkoa, es una pequeña localidad que más allá de la belleza de su entorno rural y la leyenda de su colegiata, alberga una lugar predominante en la historia de América, puesto que se trata de la tierra de los ancestros de Simón Bolívar, el Libertador de las Américas.

Simón Bolívar, nacido en Caracas el 24 de julio de 1783 y fallecido el 17 de diciembre de 1830, a los 47 años, en una hacienda cerca de Santa Marta, camino de Cartagena de Indias, fue el líder de la independencia de algunos de los países más importantes de Suramérica. Descendiente de vascos, su quinto abuelo Simón de Bolibar, el Viejo, emigró precisamente desde Bolibar a América en el siglo XVI en busca de fortuna. Aquellos pioneros de la diáspora vasca, muchos de ellos habitantes de Zior-tza-Bolibar, en el camino hacia una vida mejor formaron familias y por eso, hoy en día, descendientes de aquellos vecinos de este municipio vizcaino están repartidos por toda América.

Sangre vasca corre por sus venas y la localidad, que alberga un monumento al Libertador y un museo en su honor -inaugurado en 1983 por el entonces lehendakari, Carlos Garaikoetxea, situado en el caserío Errementarikua, solar vinculado a sus antepasados-, es todo un símbolo para la comunidad vasco-venezolana. Por eso hasta allí se desplazaron ayer cerca de 200 personas, entre las que no faltó Iñaki Anasagasti, ilustre vasco-venezolano, para celebrar el vigesimocuarto encuentro anual de esta comunidad, organizado por la asociación Tierra de Gracia y la Asociación Simón Bolívar.

“Comenzamos a realizar este encuentro porque antes solo nos veíamos en los funerales y un día dijimos que había que hacer algo para reunirnos en mejores momentos. Así surgió el primer encuentro hace 24 años en Arrieta, en el que nos juntamos casi 300 personas”, recordó Amaia Zenarutzabeitia, responsable de la Asociación Simón Bolívar. “Al principio, este encuentro iba rotando anualmente por cada herrialde. Sin embargo, desde hace unos siete años se estableció en Galdakao por motivos logísticos. Este año decidimos hacerlo en Zior-tza- Bolibar como lugar simbólico y porque creemos que ahora en Venezuela se empieza a ver la luz al final del túnel. Nos parecía que celebrar este encuentro en la tierra de Simón Bolívar podía ser muy representativo”, detalló al tiempo que indicó que ya vislumbra un nuevo horizonte en su país de origen. “Todos estamos muy esperanzados. Este año va a ser de cambios”, subrayó.

Por su parte, Pedro Gil Morales, responsable de la asociación Tierra de Gracia, registrada el año pasado y que presta ayuda a los venezolanos que llegan a Euskadi -actualmente hay 9.000, de los que 1.600 están empadronados en Bilbao-, según apuntó, con este encuentro buscan “fortalecer los lazos de hermandad entre los venezolanos”. “Muchos desconocen los orígenes de Simón Bolívar y por eso les hemos traído”, expresó.

Actividades La jornada comenzó con una misa en la iglesia que tiene una capilla dedicada a la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela. Oficiada por Patxi Albizu, Aita Patxi como le conocen en la República Bolivariana, donde pasó los “mejores diez años” de su vida ayudando al pueblo venezolano haciendo “un poco de todo, desde construir casas hasta ayudar a dar a luz a mujeres”. Tras la misa se realizó una ofrenda floral junto al monumento a Simón Bolívar de la mano de Inés Fernández, la vasco-venezolana de mayor edad que posteriormente también fue homenajeada junto con las asociaciones Alpargatica Solidaria y Casa Hogar Sonrisas y Sueños. En la plaza del pueblo entonaron el himno venezolano y se escucharon gritos como: “Viva Venezuela, Gora Venezuela”. Después, los novatos conocieron el museo en honor al Libertador y celebraron una comida de hermanamiento. Un día muy especial para toda la comunidad vasco-venezolana que estrechó lazos mirando con optimismo al futuro de su país de origen. Aquel “paraíso terrenal” al que se refirió Cristóbal Colón en 1498. Aquella “tierra de gracia”.