La obra más insigne del pintor medieval Francisco de Mendieta y Retes, expuesta en un emplazamiento prominente de la Casa de Juntas de Gernika, dibujó un porvenir esperanzador para las mujeres cuando nadie contaba con su protagonismo más que para el ámbito privado. El premonitorio cuadro no solo cobró vida ayer, cuatro siglos después, sino que alrededor de 200 representantes políticas poseedoras de voz y voto en la esfera pública demostraron que, ahora, son las mujeres las que escriben su propia historia. De esa forma, la III Asamblea de Mujeres Electas Vascas reivindicó la importancia de visualizar a los referentes femeninos, además de solicitar un cambio de paradigma en los trabajos de cuidados.

Por ello, durante el acto en el que instaron a la ciudadanía a participar activamente en las movilizaciones convocadas para el 8 de marzo por el Movimiento Feminista, se homenajeó a cuatro destacadas profesionales de diferentes campos. “Hoy nosotras, las mujeres electas, visibilizamos mejor nuestro protagonismo político y social”, aseguró Ana Otadui, presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, quien encabezó la jornada organizada por la cámara foral con la colaboración de Eudel y Emakunde, entidades representadas por sus directoras, María del Mar Zabala e Izaskun Landaida, respectivamente.

Bajo la mirada del ilustre roble, las invitadas al acto -representantes de todos los partidos políticos y con cargos en todos los niveles institucionales, desde el municipal hasta el parlamentario- recibieron un pañuelo conmemorativo que anudaron al cuello antes de ver un aurresku de mujeres interpretado por el grupo Beti Jai Alai. Posteriormente accedieron al salón de plenos, donde, tan pronto como tomaron asiento, la llamada con las tradicionales bocinas dio inicio al acto. La bienvenida de Otadui también fue para los hombres políticos, en segundo plano en la tribuna de invitados, a los que agradeció su alianza “en la lucha por una igualdad efectiva”.

Cinco representantes políticas de diferentes partidos leyeron la declaración, elaborada por Eudel en colaboración con Emakunde, en la que recordaron el histórico 8-M del año pasado. En esa línea, recordaron que las mismas reivindicaciones siguen vigentes y que este año se reclamarán bajo el lema ¡Las vidas al centro!. Es necesario “denunciar la precariedad laboral y pobreza de las mujeres, luchar contra todas las formas de violencia machista y rechazar la exclusión y el racismo”, aseguraron. En ese sentido, demandaron “sacar del espacio privado todo el trabajo de cuidados que nos toca mayoritariamente a las mujeres”; es decir “socializar la responsabilidad de trabajo doméstico y de cuidado y que los hombres, así como las instituciones, asuman la responsabilidad directa”.

Posteriormente, se entregó el reconocimiento Atzo-Gaur-Beti a cuatro mujeres que son un referente para las presentes y futuras generaciones en diferentes campos profesionales: la científica Maribel Arriortua, la artista Izaro Andrés, la baserritarra Adela Andikoetxea y la emprendedora Lourdes Moreno. Tras escuchar sus emotivos discursos, el acto fue clausurado con un aurresku de honor y la interpretación de Gernikako Arbola a cargo de Izaro.