Getxo - Influyen muchos factores para dar con una buena idea. En el caso de Denis Ugalde intervienen una lata de Coca-Cola, una inquietud social y emprendedora y hasta Picasso. Estas pautas -inconexas aún en las pocas líneas de esta historia- son el germen de Oreka, el proyecto para la recuperación de alimentos que permite la coordinación entre agentes donantes de excedentes de comida y entidades sin ánimo de lucro receptoras. Esta iniciativa fue una de las ganadoras de la última edición del concurso Wanted de ideas para jóvenes de Getxo.

“Lo que planteamos es poner en contacto a esas empresas de catering, colegios, empresas de eventos, supermercados... con entidades sin ánimo de lucro, como albergues, comedores sociales, asociaciones, etc. Se trata de hacer llegar esa comida que sobra a aquellos que más lo necesitan -el proyecto se basa también en el transporte de esos alimentos-”, describe Denis. Este vecino de Romo estudió Derecho pero un día se percató de que no era lo suyo. “Llegó el momento en el que dije que el mundo de los despachos no era para mí y giré hacia la empresa. Fue un verano en el que justo me fui a Kenia durante un mes y medio. Estuve colaborando con unas entidades sociales de allí y conviviendo unos días con unos masáis. Es muy fuerte ver que en lugares así no tienen cubiertas las necesidades básicas, como son el agua potable o una alimentación digna, y tienen un acceso más fácil a la Coca-Cola que al agua. En Kenia, llegabas a un sitio en el que la Coca-Cola te costaba 25 céntimos y una botella de agua, un euro y algo. Eso da mucho que pensar sobre cómo estamos organizados. El hambre no es un problema de escasez, sino logístico y de gestión. ¿Por qué no nos damos cuenta de que lo que tenemos que hacer es gestionar mejor?”, reflexiona Denis. Ahí empezó a gestarse el futuro de este getxotarra, que iba a adquirir un carácter de iniciativa, de empuje, de riesgo, de innovación: de emprendimiento, en definitiva. Él lo decidió así, apartando del camino al Derecho. En este sentido, a día de hoy, Denis tiene una consultoría, además de estar embarcado en el proyecto de Oreka.

“Siempre he estado interesado en los temas sociales. Ese gusanillo estaba ahí”, admite. Y a base de trabajo, de dedicación, de esfuerzo, de analizar posibilidades, de investigar... se encendió la bombilla. “Hay una frase superbonita en una historia que siempre me contaba mi aita: cuando le preguntaban a Picasso que de dónde le venía la inspiración, él respondía: A mí casi siempre me pilla trabajando”, ilustra Denis para tratar de explicar que Oreka no surge con un chasquido de dedos.

el proyecto Así, este vecino de Romo lleva cerca de un año dando forma a su aventura empresarial, en la que está también Víctor Alonso, experto en seguridad alimentaria. Ya han efectuado una simulación de este transporte de mercancía solidaria y se quedaron “muy contentos”. Ahora, Denis espera que en un par de meses las ruedas puedan estar girando ya de continuo. “Estamos ofreciendo un servicio a las empresas con el que tendrían tres vías de beneficios: la primera, es el acceso a desgravaciones fiscales, porque estamos articulando donaciones a entidades sin ánimo de lucro. La segunda es la responsabilidad social corporativa y el impacto social. Al final, los alimentos llegan a la gente que lo necesita. Y el otro tema es el ambiental, tanto por el lado de previsión de gases de efecto invernadero, porque el desperdicio alimentario supone casi el 10% de estos gases, como por el ahorro del agua; por ejemplo, para hacer un kilo de carne de vaca se usan 15.000 litros de agua”, destaca este emprendedor. Y “por último” -prosigue- “también ofertamos una monitorización y medición de todas nuestras acciones y eso revierte en que las empresas pueden hacer una gestión más eficiente de la compra de alimentos”, señala un motivado Denis.