Bilbao - “Supón que llevas unos guantes de boxeo y tratas de vestirte”. Con este ejercicio de imaginación explicó ayer Yolanda Garagorri los “muchísimos” obstáculos a los que se enfrenta en su lucha por vivir de manera independiente a pesar de estar postrada en una silla de ruedas. Fekoor celebró ayer el Día Internacional de la Personas con Discapacidad reivindicando el derecho de todas las personas a “decidir en cada momento qué hacer y cuándo hacerlo”. Así es como describió Garagorri una libertad que, sin embargo, no puede disfrutar por completo. Por ello, desde la federación hicieron un llamamiento a la ciudadanía e instituciones para generar una red de actividades por la accesibilidad universal, la igualdad de oportunidades y el derecho a desarrollar un proyecto libremente elegido.
“Aunque vivo sola, necesito asistencia. Eso no te incapacita para seguir pensando. Mis manos no funcionan, pero mi cabeza sí”, manifestó Garagorri ante las 300 personas que se congregaron en un lateral del Teatro Arriaga. Según expuso, las personas que se encuentran en su situación tienen dos alternativas: “Puedes optar por un modelo residencial absolutamente paternalista o irte a tu casa y buscarte la vida”. Por ello, expuso que cuando eliges la segunda opción, “sigues con los guantes de boxeo”. En ese sentido no dudó en solicitar ayuda a las instituciones. “No quiero gastar todo mi dinero en asistentes”, reveló, evidenciando, además, la precariedad que padece este colectivo.
La situación de Yolanda Garagorri es una de tantas tras la campaña Yo agente del cambio por la Vida Independiente que cuenta con caras visibles de la sociedad, como el director de cine Javier Fresser, la actriz Itziar Ituño o el chef Andoni Luis Aduriz. El objetivo es “que Bizkaia lidere un modelo de vida independiente”, según indicó Juan Carlos Sola, director de Fekoor, ya que “es imposible un planteamiento si no lo hacemos en alianza con la sociedad”. José Antonio Espinosa, presidente de Fekoor, corroboró sus palabras: “Pretendemos que las personas puedan decidir por sí mismas su proyecto de vida”. Por ello, se mostró en contra de las “mal llamadas residencias”, señalando que “son guetos en los que se coarta la libertad de las personas: tienen que pedir permiso para salir, tienen horas de visitas...”.
Accesibilidad Amaia Olabarriaga, miembro de Fekoor, está en búsqueda activa de empleo y se plantea trabajar en una empresa ordinaria. “Instituciones y empresas te encasillan en el empleo protegido”, aseguró ayer antes de relatar que en algunos casos las dificultades se manifiestan incluso para entregar un currículum. En palabras de Sara Andrés, que necesita una silla de ruedas para sus desplazamientos desde hace dos años, “ser mujer con discapacidad es aún más difícil, sufrimos situaciones de discriminación”. Además, reveló que todo lo que le ocurre afecta a quien está alrededor. “Mi hija de 4 años es más consciente de la falta de accesibilidad que cualquier adulto”, afirmó Sara, quien apeló a la empatía. “Todo el mundo va a necesitar apoyo en algún momento de su vida”, aseveró.
Carlos Loizaga, otro miembro de Fekoor, concretó que un escalón significa no poder acceder a un establecimiento. Entre las dificultades con las que se encuentra destacó la rampa del tiempo, una expresión que emplea para referirse al tiempo que pierde cambiando de una silla de ruedas a otra, ya que la que usa para sus desplazamientos habituales no entra en el ascensor de su edificio. “Necesitaría días con más minutos”, expuso. En relación a ello, Olabarriaga interpeló a los asistentes al acto: “No se cumple la Ley de Accesibilidad vigente que han impulsado los políticos que hoy están aquí sentados”. A su lado, el presidente de Fekoor señaló la importancia de tejer una red de colaboración y ser más consciente de lo que supone: “Si se impulsa un proyecto arquitectónico no sirve exigir que cumpla las normativa de accesibilidad cuando ya está finalizado”.