Zalla - Se sentaron en las butacas del Zine Antzokia reproduciendo la coregofrafía del baile Floss del vídeojuego Fortnite y se marcharon sonrientes, a ritmo de trikitixa. Alumnado de Primaria de los colegios Mimetiz y Maristas San Miguel de Zalla disfrutó en toda la dimensión del término en el concierto didáctico en el que se entonaron las primeras notas de la 42ª semana musical del municipio.
Miembros de Haladzipo Musika Eskola de Barakaldo llevaron la batuta de una velada en la que “habrá tiempo para escuchar nuestras explicaciones y también para bailar”, según les anunciaron nada más tomar asiento. Desde hace treinta años transmiten la tradición musical vasca y en los últimos tiempos están enriqueciendo su repertorio con otros ritmos. Así lo hicieron ayer también al mezclar jota y salsa en medio del jolgorio infantil.
La voz de Eider guió a estudiantes y profesores -que no dudaron en implicarse en los números- en un viaje por Euskadi e Iparralde con parada incluida en Salamanca para probar su pandereta rectangular. “¿Cómo se consiguen todas las notas del txistu? Modulando el aire con el que se sopla. ¿Sabíais que tiene una especie de hermana, la txirula? ¿Que la alboka era muy popular en la zona de Arratia? ¿Y que hay que buscar los orígenes de la txalaparta en la fabricación de sidra en los caseríos? Sí, porque después de triturar la manzana se golpeaba con los palos en la madera para convocar a los vecinos de alrededor a una fiesta. La coordinación entre las personas que la tocan es básica, como habéis podido comprobar vosotros mismos”, detalló en una actividad que se desarrolló íntegramente en euskera.
“El futuro de la música vasca está garantizado”, celebró Eider, a tenor de las demandas de los chavales que se acercan a su escuela y de la reacción de los que ayer abarrotaron el Zalla Zine Antzokia. Después de una hora cantando y bailando regresaron a clase pletóricos. “¡Nos ha encantado! Ahora nos toca inglés... O eso creemos”, compartieron Amets e Ilargi, de 9 y 5 años, respectivamente. - E. Castresana
