Bilbao - En el plazo escaso de dos meses, el final de la alameda de Mazarredo en su tramo que mira al Guggenheim, se llenará de vida. Para antes de que concluya el año, tanto la cadena Vincci como la promotora Jaureguizar pretenden inaugurar y entregar las llaves del hotel Consulado de Bilbao y de las viviendas que componen el edificio único levantado donde antaño ofrecía sus servicios el Instituto Foral de Asistencia Social.

Según explica a DEIA el consejero delegado de Jaureguizar, Miguel Salaberri, “en diciembre tendremos los permisos de habitabilidad y se podrán ir entregando las llaves de las viviendas”. Aunque desde la nueva cadena hotelera que va a desembarcar en Bilbao no quisieron determinar en qué punto están los preparativos para el estreno de hotel, según ha podido saber este periódico ya han nombrado director para el establecimiento y se ultima la conformación de la plantilla que atenderá a los huéspedes del cuatro estrellas.

Esta es la primera vez en Bilbao que se construye un edificio ex profeso para compartir dos usos tan diferentes como el residencial y el hotelero, aunque cada uno contará con accesos diferenciados. Bautizado en su promoción como Museoalde, las viviendas construidas por Jaureguizar suman un total de 38 hogares ubicados en nueve plantas levantadas sobre las cuatro inferiores que ocuparán las habitaciones y servicios del hotel.

Unas viviendas que debido a sus características y ubicación casi se los quitaron de las manos a la promotora. De hecho, no hizo falta promoción comercial alguna para los primeros pisos de gran tamaño y terrazas que se han construido en Bilbao tras concluir las crisis. En total, son 38 viviendas varias de ellas con hasta 150 metros cuadrados en una oferta que no existía en el Ensanche de Bilbao hasta esa fecha.

Un 4 estrellas de lujo

Por lo que respecta al nuevo hotel que engrosará la oferta de camas de Bilbao para sus visitantes, se trata de un establecimiento de 4 estrellas de lujo con el que la cadena hotelera creada por la familia Calero hace casi quince años quiere desembarcar en Euskadi pisando fuerte. Según indicaron fuentes de la firma, “nuestro modelo de negocio es diferente, cada proyecto tiene su esencia personal”. De hecho, ya en el nombre del hotel, Consulado de Bilbao, han tenido en cuenta lo que significó esta institución para la historia comercial de la villa y recuerda al barco que, con el mismo nombre y a pocos metros de donde se ha levantado el establecimiento, estuvo amarrado hasta que se lo llevaron las inundaciones de 1983.

Por ello la temática de sus zonas comunes y de sus 93 habitaciones tendrá rasgos marineros y náuticos que dejarán huella en los huéspedes. La primera planta está a ras de calle y acoge el acceso principal al hotel, el lobby de recepción, las zonas de estar de los huéspedes, el snack bar, y una terraza mirador con vistas a la ría. Las habitaciones se sitúan en los tres pisos por encima y un atrio de gran altura genera un espacio central de comunicación entre ellos. El establecimiento también ofrecerá un restaurante a la carta y una sala para eventos.

La estrella del Consulado de Bilbao será una terraza mirador de 653 metros cuadrados que parece un corte a lo largo del todo el perímetro del bloque. Una hendidura que junto a los colores diferentes en la piel de las plantas inferiores del hotel, de tono pizarra, y de la zona residencial, de color crema, son los elementos que los arquitectos han ideado para separar con claridad los usos de Museoalde. A ello hay que añadir el espacio que se ha ganado para las plantas de garaje por debajo de la cota de la alameda de Mazarredo y a las que se tendrá acceso desde el paseo Uribitarte.