LA inquietud que despertaban los hombres y mujeres que llegaban a Euskadi en busca de protección, que aún hoy continúan llegando en medio de un mar de necesidades, despertó en el el ya lejano 1989 el afán de ayuda de los anfitriones. No fue hasta 1996 cuando CEAR-Euskadi se constituyó como ONG con personalidad jurídica propia. Más de 25 años les avalan como organización referente en Euskadi en la lucha del reconocimiento del derecho que todo ser humano tiene a buscar protección y asilo. Desde CEAR-Euskadi defienden los derechos de las personas refugiadas, apátridas y migrantes, y promueven su desarrollo en la nueva sociedad que les acoge.
Toda esta actividad febril y entregada propició la entrega del VI Premio Txema Fínez a la Comisión de Ayuda al Refugiado CEAR-Euskadi, celebrada ayer en el Colegio de la Abogacía de Bizkaia. “Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra”, dejó escrito Gabriel García Márquez casi al tiempo que se fundaba CEAR-Euskadi. Aquellas palabras les alentaron, seguro. La presidenta de la Asociación Txema Fínez para la Promoción de la Justicia Elkartea, Susana Marañón, hizo entrega del galardón al presidente de CEAR-Euskadi, Javier Galparsoro en reconocimiento al trabajo de la Comisión de Ayuda al Refugiado “en favor de los derechos humanos de las personas refugiadas, desplazadas y migrantes en riesgo de exclusión, y su denuncia constante de las vulneraciones del derecho de asilo en el acceso a Europa” en presencia de la consejera de Trabajo y Justicia, María Jesús San José, Aitor Fínez y el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra.
No era un don nadie Txema Fínez sino una de esas personas que dejan huella. No en vano, Fínez pertenecía a Jueces para la Democracia, colaboró con la Comisión de redacción de modelos judiciales y publicó una docena de libros. Cuando se convirtió en el primer juez en acceder al cargo de viceconsejero, Txema ejercía de magistrado del Juzgado de primera instancia número 13 de Bilbao y era profesor titular de Derecho Civil de la Universidad de Cantabria en excedencia.Se le concedió el prestigioso premio Manuel de Irujo, en reconocimiento a “la modernización de la Administración de Justicia en Euskadi y el hecho de haber concitado la admiración y el reconocimiento unánimes de colegas, clase política y ciudadanía” No es baladí que se arroje luz sobre su figura, que no se sombree.
Muchos de los asistentes ayer a la VI edicion de los premios que llevan su nombre lo conocían bien. Entre ellos se encontraban sus más cercanos -Domingo Vicente, Isabel Vicente, Leoncio Fínez, Josefa Ratón, Javier Fínez, Sonia Vicente y los pequeños Iker y Ander Fínez entre otros-, Rafael Sainz de Rozas, coordinador del Área de Justicia del Ararteko; Adela Asua, anterior ganadora del Premio Txema Fínez; Inma de Miguel, Vicente Reyes, subdelegado del gobierno; Ángel Martín, Patricia Bárcena y Carmen Adán, fiscal superior del País Vasco, Inés Ibáñez de Maeztu, Eider Bilbao, Elena Pérez Barredo, directora de Trabajo y Seguridad Social; Idoia Mendia, José Antonio Pastor, Loly de Juan, directora de Justicia del Gobierno vasco, o Dicky del Hoyo entre otros.
Entre los invitados se recordaba el concierto de clausura del ciclo Música para gozar en tu barrio 2018 de la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao, bajo la dirección de Amagoia Loroño que se celebrará mañana en Azkuna Zentroa. No en vano, la actuación tiene un fin solidario: recaudar fondos para CEAR-Euskadi, la entidad que trabaja para visibilizar la situación de las personas refugiadas que viven en Euskadi y con las que convivimos. No por nada, en las inmediaciones de los treinta años desde la fundación de CEAR-Euskadi la sociedad civil agradece sus desvelos.