Galdakao - El galdakoztarra Julen Díez continúa con su ascenso imparable hacia la cima de los triatletas más punteros a nivel internacional. Con tan solo 23 años, Díez se coló entre los tres primeros en el Ironman de Hawái, el triatlón más antiguo y prestigioso del mundo. Díez subió al tercer cajón del podio en la categoría reservada para participantes de 18 a 24 años, con un tiempo de nueve horas, siete minutos y 23 segundos, lo que le permitió colgarse una medalla de bronce que sabe a victoria, tras nadar cuatro kilómetros, pedalear 180 y completar los 42 kilómetros y 195 metros de un maratón.
El galdakoztarra demuestra así una progresión al alcance de muy pocos, ya que empezó a practicar triatlón con 18 años y en un lustro ha conseguido un resultado que le pone a la altura de las grandes promesas mundiales llamadas a suceder a la élite actual de la, posiblemente, especialidad deportiva más dura del mundo.
Díez pudo disfrutar además en directo -a la vez que lo daba todo en la prueba- del récord marcado por el alemán Patrick Lange, quien no solo ganó, sino que se convirtió en el primer hombre en bajar de las ocho horas (7h.52:39) en el Ironman hawaiano.
La prueba se celebró el pasado sábado, aunque Díez llegó a Kona ocho días antes, con el fin de adaptarse a las condiciones del lugar y para conocer los diferentes recorridos que componen la carrera. “Llegué el viernes y el sábado ya estaba nadando por la zona en la que iba a tener lugar la parte de natación”, cuenta. El domingo hizo el último entrenamiento fuerte, y fue entonces “cuando me di cuenta de las condiciones tan extremas de Kona, algo que había que tener en cuenta de cara a la competición”, relata. Calor y humedad muy notables durante esos días, que no fueron obstáculo para el de Galdakao. Durante el resto de la semana “hice algo de activación, nadar, algo de circuito de bici, carrera a pie, etc.”, incide. Descanso activo que dicen los especialistas.
La prueba A la hora de la verdad, en la prueba completó “una buena parte de natación, por lo que empecé la parte de bicicleta regulando, para acabar muy fuerte a la vuelta”. Tocaba entonces la carrera a pie, en la que “había que sobrevivir”, recuerda. “Comencé regulando mucho y perdí algunas posiciones, aunque poco a poco fui recuperándolas”. Su estudiada táctica le permitió ser tercero en su categoría. Díez está “encantado del resultado, porque además es mi tercer Ironman y he bajado de tiempo”, concreta.
No obstante, el de Galdakao asegura que “todavía tengo mucho que aprender, prosperar y puedo seguir progresando”. Esta exigencia que se plantea para sí mismo es una de las claves en su meteórica carrera hacia la élite del triatlón, ya que como suele contar, ha aprendido “a valorar el esfuerzo por superarse” y cada ocasión en la que sale a nadar o a correr, o cuando coge su bicicleta y recorre kilómetros y kilómetros, “es un reto personal que le aporta muchos beneficios”, tanto a nivel interno como en lo relativo a sus retos y metas deportivas para llegar a convertirse en profesional.