Maruri-Jatabe - Mayo de 1937. Las tropas franquistas golpean sistemáticamente el monte Jata. Quieren tomar su cumbre, una posición estratégica para dar el salto definitivo a la conquista del Cinturón de Hierro de Bilbao. El ejército de Euzkadi resisten con firmeza. La conocida como batalla del Jata fue una lucha sin cuartel en la que la superioridad aérea fue decisiva. La aviación alemana e italiana, apoyadas por el fuego de artillería naval, mermaron las posiciones defensivas de las tropas vascas en el Jata. El general franquista Emilio Mola dio la orden de atacar el 12 de mayo. “Mola creía que tomar la cima iba a ser cuestión de un día, pero le costó. Hubo numerosas víctimas”, relata Plácido Ugarte, investigador y vecino de Maruri-Jatabe, que mañana ofrecerá una visita guiada por el escenario de la batalla.
El recorrido comenzará a las nueve de la mañana y partirá hacia el monte, de 600 metros de altitud, desde la iglesia del municipio. Se trata de un itinerario de once kilómetros que está señalizado. Para tomar parte en la visita no es necesario apuntarse previamente, pero sí llevar ropa apropiada. “Es una actividad deportiva y didáctica. Vamos a subir al monte y para ello necesitan una vestimenta adecuada”, explica Ugarte, quien quiere dar a conocer este escenario desconocido para muchos. “Al Jata vienen muchos montañeros, pero algunos no conocen lo que realmente pasó durante la guerra”, indica. “En la cima del Jata les explicaré en qué consistió la batalla porque es un escenario privilegiado. Hablaremos sobre por dónde atacaron, los vestigios de la guerra existentes, etc.”, avanza Ugarte.
La conquista del Jata era estratégica para los franquistas, que también habían lanzado una ofensiva en el Sollube. “Querían tomar Bilbao y el Cinturón de Hierro, y para eso necesitaban conquistar el Jata y el Sollube. No podían dejar dos montañas de esa envergadura a sus espaldas. Eran dos cimas claves”, apunta.
Finalmente, el 19 de mayo el Jata y el Gondramendi fueron tomados por las tropas italianas. Con la caída del Jata, las tropas de la 5ª División del ejército de Euzkadi que defendían esa posición pasaron a ocupar nuevas posiciones que iban desde la costa, en Lemoiz hasta Mungia.