Aburto apela a la unidad de todos los grupos en la recta final del mandato
El primer edil pide respeto y un esfuerzo para llegar a acuerdos
BILBAO - El alcalde de Bilbao tendió ayer la mano a los grupos de la oposición para trabajar conjuntamente en la recta final del mandato. Su ofrecimiento, sin embargo, no solo cayó en saco roto sino que recibió un duro varapalo de los grupos de la oposición. A pesar de ello, Juan Mari Aburto aprovechó su último turno para insistir en la vía del diálogo. “La ciudadanía nos quiere ver juntos trabajando para dar soluciones a sus necesidades y para impulsar el desarrollo de esta ciudad. Hagámoslo”.
Desde la aprobación del Pacto por la Seguridad hace seis meses, que fue calificado por el alcalde como “el hito del Área”, hasta ayer, gobierno de Bilbao y oposición se han distanciado fruto de diferentes desencuentros. La sesión de ayer, podía haber servido para encauzar una nueva dirección hasta el final del mandato, pero la proximidad de las elecciones hizo que los grupos de la oposición no solo desoyeran el ofrecimiento del alcalde sino que se enrocaron en sus posiciones.
Aburto inició su discurso apelando al respeto, casi adivinando que la sesión tendría un tono agrio. Así fue.
“No esperen de mí en el día de hoy enfrentamientos verbales, ni intereses electorales, ni posicionamientos de confrontación. Ni debates que no corresponden a esta cámara. Hoy toca hablar de Bilbao”. Se refería, y así lo aclaró más tarde, a que “el equipo de gobierno de Bilbao y este alcalde no están en campaña, no miran a nadie como adversario ni como oponente”.
El alcalde se mostró partidario de confrontar ideas, intercambiar planes, programas o actuaciones, “pero no nos enfrentemos, no intentemos cambiarle la silla al de al lado. O mucho menos quitársela, para que se caiga”. Y apremió a los grupos a oír a la ciudadanía. “Nos piden respeto, esfuerzo, participación, diálogo, trabajo, acuerdo, ideas, proyectos, realidad, mejoras... y les gustaría que lo hiciéramos juntos”. Aburto confesó que es lo que le gustaría y “no nos duelen prendas”. Su ofrecimiento fue rechazado de plano.
La portavoz de EH Bildu, Aitziber Ibaibarriaga, le reprochó que el gobierno municipal “no está a la altura de lo que la calle les está exigiendo a gritos” y le recriminó que “su supuesto perfil social ha brillado por su ausencia”. El portavoz del PP, Luis Eguíluz, lamentó que “en cada crisis hayan desaparecido del gobierno aquellos que hacían puente con los partidos de la oposición”. El portavoz de Ganemos Goazen Bilbao, Francisco Samir Lahdou, le reprochó haber sido “un mero gestor sin imaginación ni compromiso, dotado de un talante excluyente que le lleva a tener una actitud excluyente y revanchista”. Y, Carmen Muñoz, portavoz de Udalberri, consideró que había hecho un ejercicio de “funambulismo ideológico. El Bilbao de escaparate oculta sus patios traseros, los barrios”.
En su defensa, el portavoz del PSE, Alfonso Gil, dijo que “este gobierno tiene estabilidad y por eso tiene futuro y la ciudadanía lo siente” y la portavoz del PNV, Nekane Alonso, añadió que “quizás sea tarde para esperar algo de quien ha estado ausente, pero no perdemos la esperanza”.