HA surcado los Siete Mares -desde Australia al Golfo de México, pasando por Estados Unidos o la cuenca del Mediterráneo...- a bordo de una barco Ebba de la naviera noruega Ostensjo Rederi, dándole vida y servicio a las plataformas petrolíferas de medio mundo en sus reparaciones, cines y piscinas incluidos. Digamos que el marino de Getxo Iñigo Rueda es un viejo lobo de mar y no solo un admin officer, que no es poco. Hablamos de un hombre de mar que mira ahora tierra adentro para ponerse al timón de uno de sus sueños, la apertura del Itzuli Norte, local enclavado en Particular Arlamendi (Las Arenas), donde reinan los ahumados. Haciendo un juego de palabras, digamos que hoy hablamos de una tierra singular, allá donde se suben los humos y se pierde el norte. Una bendita locura, vamos.
La botadura del nuevo espacio, el hermano joven del viejo Itzuli, pared con pared, tuvo lugar ayer con una fiesta de encuentros. A ella acudieron los armadores del local, Aitor Lasa y Mila García, cabezas pensantes de la empresa Dediseño que ha decorado el local; Gaxen Ortuzar, todo un auténtico D’Artagnan del corte de las piezas ahumadas de Keia, tan diestro que parecía una mosquetero de la cocina de corte; Rosa María Vélez, madre de Iñigo, Lorena Rueda, Idoia Odriozola o el fotógrafo Fernando Domingo-Aldama, autor de las descomunales instantáneas de arquitecturas del mar y del propio puerto de Santurtzi que adornan algunas de las paredes del local, donde se ha sembrado buena madera que recuerda a las cubiertas y los puestos de mando. De todos ellos fue el protagonismo de una tarde noche poblada de vecinos, amigos y paseantes curiosos que se dieron cita en el local.
En esta segunda versión del local reinarán los huevos fritos y los ahumados, lo que dicho así ya abre el apetito. Por si precian más señas les diremos que el local incorpora seis mesas y una barra en la que, además de los ahumados (el salmón, la sardina, el bonito y los arenques sobre todo...), se servirán sandwiches de todo tipo con pollo al curry o con la crema griega tzatziki, hecha a base de yogur y pepino; anchoas albardadas o un suculento bacalao a la plancha: alimentos de cercanía y de ultramar. Todo ello regado con vinos de Rioja y de Ribera del Duero. Un deleite. No por nada, al local se le ha puesto la etiqueta de gastrobar, todo un signo de distinción para los paladares más exigentes que uno pueda encontrarse en el camino.
Además de los citados como nombres protagonistas de esta apertura, a la cita acudieron Borja Elorza, Jon Marín, Juan Carlos Martínez, Joseba Olano, vecino de esa calle con aires de callejón aunque tenga dos salidas; Aitor Orbea, Elena Blanco, Iván Rivera, Eduardo Vélez, Paloma Domingo-Aldama, Álvaro Guzmán, Javier Zubillaga, Julio Alegría, Urko Manzano, Ainhoa Elustondo o Irati Mentxaka entre otros.
La atracción del local tiene la fuerza de una piedra imán. A la cita se sumó la sangre joven de Birane Luum, David Galíndez, Jaime Tello y Álvaro Izquierdo; María Luisa Gutiérrez, Javier Etxebarria, Mauricio Rueda, Fernando Madariaga y un sinfín de nombres más que se sumaron a la celebración. La tarde fue haciéndose noche mientras los presentes disfrutaban de las viandas. A Iñigo se le veía con los pies en el suelo pero quién sabe si no le volaba la imaginación hacia alguna de sus singladuras hacia exóticos destinos. Fuese como fuese, viendo el cariño con el que hablaba del nuevo local se diría que lo sentía como se quiere a todas y cada una de esas novias que le atribuyen a la gente de la mar en cada puerto. Y siendo Getxo a su vez tierra natal y puerto de destino, uno tiende a pensar que se trata de un amor verdadero. Un amor con vocación de alargarse para toda la vida. La clientela dictará su ley.