Bilbao - Son esos vertidos de porquería que llegan a los ríos y cuya procedencia no está clara. Pueden tener diferentes orígenes pero su cantidad y presencia siguen afectando a los cauces del territorio de manera que siguen presentando niveles de contaminación preocupantes.
Por ello, la Agencia Vasca del Agua (URA) y el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) se van a unir para erradicar el mayor número posible de estos focos contaminantes de los ríos que dependen de la entidad consorciada.
Las multimillonarias inversiones ejecutadas durante las últimas décadas para limpiar los cauces de los ríos de Bizkaia parece que se han quedado cortas una vez concluidos prácticamente todos los planes anticontaminación.
Un claro ejemplo es la actuación realizada en la ría de Bilbao por el Consorcio de Aguas que ha permitido, tras muchos años, contar en la actualidad con un cauce lleno de vida y actividad sobre todo si lo comparamos a cómo estaba en los años 70 del pasado siglo.
Sin embargo, no es suficiente. Los organismos públicos competentes quieren llegar al máximo de calidad de los ríos del territorio, por ello han firmado un convenio para reducir tanto el número como el volumen y la carga contaminante de los vertidos de aguas residuales no conectadas a los sistemas generales saneamiento en Bizkaia, referidos con anterioridad. Este acuerdo es consecuencia de un estudio para la caracterización de los vertidos de aguas residuales no conectados al sistema de saneamiento en el Ibaizabal que se efectuó por parte de URA y el CABB durante el año 2014.
En este trabajo los técnicos de ambas entidades evaluaron su impacto, y señalaron las actuaciones que se necesitaban para su progresiva eliminación.
Con el convenio firmado ahora, se va a redactar un Plan Director de Actuaciones para acometer la progresiva eliminación de los vertidos en el ámbito de actuación del CABB, es decir, prácticamente todo el territorio.
Entre los trabajos de dicho plan destacan las labores para la identificación exacta del origen y magnitud de los vertidos, el análisis de las soluciones que se puedan adoptar en cada caso, la redacción de los proyectos constructivos que se requieran para ello y la concreción de la necesaria concertación entre agentes para la conexión de los vertidos que se producen en tramas urbanas consolidadas.
Fuentes de URA indicaron ayer a DEIA desconocer el número actual de focos contaminantes. “Esa cuantificación es una de las tareas que se va a determinar en el plan director por acometer”, apostillaron.
Las inspecciones tendrán lugar en las zonas concretas no servidas por los sistemas de saneamiento, las conexiones irregulares a redes pluviales con aportes de fecales, los vertidos indirectos que descargan a través de pequeños arroyos tributarios, los chalets y casas individuales localizadas en el entorno de los principales cauces o en las redes unitarias que recogen un número relativamente reducido de edificaciones.
Elaborado el plan director, la intención de ambas instituciones es ir acometiendo la retirada de estos focos paulatinamente y empezando por los más contaminantes. Un trabajo que financiarán URA y el Consorcio de Aguas al 50%.
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