Garai - Los deseos del Alpino Tabira de Durango se cumplieron ayer y el tiempo acompañó en la decimoquinta edición del Día de los Montes Bocineros, con la tradicional ascensión al monte Oiz. Organizado por las Juntas Generales de Bizkaia, con la colaboración del club de montaña durangarra, las previsiones hablaban de posibles tormentas pero los dieciocho grados en la cumbre y la presencia del sol durante toda la mañana supusieron un nuevo éxito de participación con más de 600 personas. “El tiempo nos ha respetado: hace bueno, no hay niebla y se pueda disfrutar del paisaje”, explicó muy satisfecho Iñaki Calvo, vicepresidente del Alpino, mientras presenciaba desde la cima de Oiz la llegada de cientos de mendizales.

La salida dio inicio a las 9.00 horas del municipio de Garai con cerca de 400 personas que quisieron completar el recorrido completo. Tras esperar los cinco minutos de cortesía, varios guías del Alpino Tabira abrieron la marcha camino del monte Oiz. Por delante, poco más de ocho kilómetros para hacer cumbre y escuchar el sonido del cuerno, emulando la llamada ancestral que se llevaba a cabo para reunirse en Gernika.

Antes del momento estrella de la jornada y tras los bailes de Kriskitin Dantza Taldea que emocionaron a los presentes, la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, tomó la palabra para ensalzar la tradición de los Montes Bocineros. “Se trata de un día consolidado en el que se aúnan deporte, naturaleza, historia y tradición. Esta jornada simboliza lo que las Juntas Generales de Bizkaia queremos ser: un parlamento del siglo XXI, cercano, ágil, con historia y que con sus cuatro sedes quiere reflejar la pluralidad de todo nuestro territorio”, explicó orgullosa de la celebración.

En su discurso Otadui tampoco quiso olvidarse del trabajo que realizan los cinco clubes de montaña (Alpino Tabira, Club Balmaseda, Club Gailurra de Bilbao, Club Ganzabal de Lemona y Club Sollube de Bermeo) que de manera rotativa se encargan de organizar la popular iniciativa. “Quiero una vez más reiterar nuestro agradecimiento porque sin vuestro apoyo y colaboración esto no sería posible”, insistió agradecida.

A las 12.10 horas llegó el momento más esperado de la jornada. Como manda la tradición, el presidente del Alpino Tabira, Julen Fernández, cedió el testigo en lo alto de Oiz al representante del club Gailurra de Bilbao, quienes organizarán el primer domingo de junio del próximo año la subida al Ganekogorta. Fue en ese preciso instante cuando cientos de cuernos comenzaron a sonar en lo alto de la cima. “Este es el tercer año que participamos en el los Montes Bocineros y la verdad que es un día precioso para disfrutar en el monte”, explicaron Jon, Manuel y David, vecinos de Leioa.

Entre los asistentes ayer no podía faltar a la tradicional cita Juan Antonio Alaña. Vecino de la localidad alavesa de Aiara, adorna con grabados y de forma artesanal cuernos, conchas y caracolas. En la jornada de ayer acudió como siempre con un cuerno de grandes dimensiones y lo hizo sonar ante la atenta mirada de los presentes. “Siempre que puedo me gusta venir porque es un día especial. Gracias a las Juntas Generales de Bizkaia se ha recuperado una tradición perdida y es muy importante que sigamos apoyándola”, apuntó el artesano.

La felicidad de Aiur, niño elorriarra de tres años, al tocar el cuerno en compañía de su padre Iker era un claro ejemplo de como la consolidada celebración se traslada de generación a generación. “Al final el tiempo ha acompañado y hemos podido disfrutar de la mañana. Es bonito transmitir estas costumbres a nuestros hijos”, explicó el progenitor, mientras bajaban dirección Garai.

Como viene siendo habitual, antes de proceder al descenso tocó reponer fuerzas en la ermita de San Cristóbal. Un lunch amenizado con música fue el complemento perfecto antes de completar los poco más de ocho kilómetros de distancia hasta Garai. Además, los asistentes recibieron un bonito katillu para beber en el monte, obsequio de Las Juntas Generales. “Se lo recomendamos a todo el mundo. Es una bonita manera de mantener nuestras tradiciones y poder disfrutar del medio ambiente”, explicaron Juan Luis de Eibar y María Eugenia de Durango, mientras picaban algo.