Mungia - Fátima Hridej lleva residiendo en Mungia desde 2009 y siendo oriunda del norte de Marruecos, se siente ya una mungiarra más. Confiesa que si bien en un principio le costó adaptarse a la vida cotidiana del municipio debido a la exigencia del euskera en muchas de las ofertas de empleo, el haber residido previamente durante cuatro año en Ciudad Real le ayudó a integrarse rápidamente a la localidad. “Antes vivía en esta ciudad con mi marido pero él encontró trabajo aquí y decidimos trasladarnos a Mungia para probar una nueva experiencia”, relata. Desde entonces, Fátima ha podido desarrollar su periplo laboral en el municipio como panadera y desde hace dos años, como empleada en la planta de reciclaje de Koopera, donde trabaja en turno de noche. “Es un poco duro, porque tengo un niño pequeño y no es fácil conciliar con mi vida personal”, confiesa esta activista.

Tal es el arraigo que siente por su comunidad y la localidad, que desde hace unos meses es la nueva presidenta de la asociación de mujeres árabes Marwa, que lleva en activo en Mungia desde 2012. “La anterior presidenta tuvo que dejarlo porque vivía lejos del pueblo y había ciertos problemas de funcionamiento. Me llamaron desde la directiva y yo me animé a coger la presidencia para poder continuar la labor de integración de nuestra agrupación en el municipio”, explica.

Recientemente, la asociación que ella preside ha colaborado por segundo año consecutivo en la cita Arroces del Mundo que se celebra en la localidad, donde con otras agrupaciones locales, cocinaron este rico plato según la tradición de su país de origen. “Es una jornada muy intercultural y en la cual el arroz actúa como elemento integrador. Expresa muy bien la diversidad de culturas que se vive en Mungia”, señala.

Marwa cuenta en su seno con cuarenta mujeres y una junta directiva, también dirigida por mujeres. Entre sus líneas clave de actuación destaca la labor de asesorar y formar a las mujeres árabes y bereberes que viven en el municipio a la hora de buscar piso, informarse sobre las últimas actualizaciones de la Ley de Extranjería, así cómo todo lo referente a la tramitación de papeles.

Pero no solo se limita a este ámbito legal, ya que con motivo de la huelga feminista celebrada el pasado 8 de Marzo, desde la asociación se han ido potenciando actividades como fue la de participar en las concentraciones y la celebración de una charla en Bilbao. “En esta ponencia presentamos como tema a la mujer musulmana en el mundo laboral y expusimos la realidad difícil que viven para encontrar trabajo, el rechazo o hasta la humillación que pueden llegar a sufrir”, detalla Fátima.

En lo que respecta al perfil de mujeres que forman parte de Marwa, Fátima explica que aglutinan tanto a mujeres jóvenes como a mayores de entre 50 y 60 años. Precisamente, en este último tramo de edad es donde más esfuerzo realizan para ofrecerles actividades que les saquen de su entorno más doméstico.

“En el caso de Arroces del Mundo logramos que muchas vinieran y compartieran con otros vecinos su manera de hacer el arroz y, de esta manera, conocieran gente nueva, más allá de su comunidad más cercana”. Ella misma acude cada sábado al centro Ellacuría de Bilbao para asistir y participar en el proyecto Torres de Babel, donde recopila información sobre actividades de otras asociaciones árabes de Bizkaia. “Tratamos de salir un poco del ámbito del pueblo para poder transmitir estas actividades y otras realidades a las mujeres de la asociación”.

Junto a su presencia Arroces del Mundo, Marwa ofrece durante el año actividades a sus socias como excursiones, así como la invitación de ponentes para que impartan charlas en el local de su sede. De cara a las próximas fiestas patronales de San Pedro, que se celebran en junio, volverán a colaborar un año más con otras asociaciones locales, como es el caso de la agrupación de mujeres Diz-Diz.