TIERRA adentro, Bilbao, que fue puerto antes que villa 700 años atrás, escucha desde ayer historias de la mar. No son relatos de marinos con anclas en los bíceps y ron en la botella de las tabernas de puerto ni rumores de caracolas sino algo más moderno y avanzado. Allá en el Museo Marítimo de Bilbao, donde la Autoridad Portuaria izó ayer las gavias del palo mayor, el velacho bajo del trinquete o, qué sé yo, la mesana chica para poner proa al futuro se asienta un centro de divulgación del Puerto de Bilbao, el Port Center. En él se aparejan la tecnología, el diseño y la comunicación, agrupándose para darle al centro una finalidad didáctica, bañada con un componente de entretenimiento. Vamos, lo que se dice todo un recreo.

¿No me creen? Pasen y vean. En la recreación de una cabina de control pueden ver los asistentes al buque Grey Fox mover su cintura para maniobrar y llegar al puerto, conocer los viejos oficios como el del práctico, el remolcador o el estibador entre otros; recorrer un contenedor de carga y ver cómo viajan las mercancías desde el almacén hasta el barco y los turistas en los cruceros o adivinar las rutas de navegación en un globo terráqueo. Estas y otras distracciones en el didáctico e interactivo lenguaje del futuro.

Aquel viejo Puerto de Bilbao que se fue al Abra para abrir hueco a la ciudad, al Bilbao metropolitano, tal y como recordó la autoridad portuaria, Asier Atutxa, regresa a la villa, aunque sea de manera virtual. Antes que él habló la diputada de Euskera y Cultura, Lorea Bilbao. Lo hizo de historia y presente, y de la vocación de enseñar y divertir de ese Port Center esparcido en los 418 metros cuadrados ubicados en la segunda planta del museo. Merece la pena la visita, créanme.

Darán fe de lo que digo el director del Museo Marítimo de Bilbao, Jon Ruigómez; Ricardo Barkala, futuro capitán del proyecto; Manuel Núñez, director de Petronor, quien llegó acompañado por Gualder Atxurra y Ane Salguero (al entrar a la exposición se ve la proa a escala, con 4,5 metros de alto, del petrolero Muñatones, el primero que tuvo Petronor. A la salida, se ve la amura de estribor del mencionado petrolero...); Patxi Garaigordobil, José Ángel Corres, Gerardo Tiedemann, Covadonga Aldámiz-Echevarría, subdelegada del Gobierno; Satur Durán, el práctico Joserra Marín, Gerardo Toro, Juan Correa, Juan Luis Huidrobo, Rafael Muñoz, Luis Gabiola y un buen número de gente cercana a la mar que escuchó, por ejemplo, cómo los movimientos del Puerto de Bilbao supone el 1.29% del PIB de Euskadi; cómo a los muelles del Puerto llegan el 72% de las importaciones de esta tierra o cómo 19.000 escolares han visitado las instalaciones de Santurtzi en los últimos cinco años para conocer un universo único para ellos.

Fue un encuentro intenso por el que desfilaron Carlos Lobato, Eduardo San Juan, Manuel Pérez, Jon Anasagasti, Maribel Núñez, Jon Quintana, Jon Urretxa, Mari Fernández, Josu Larraskoain, Unai Baeza, Leire Armentia, Igor Manso, Susana Alberdi, Alberto Gutiérrez, José María Jiménez, Arturo Trueba, Juanjo Alonso y un buen número de asistentes que escucharon, por ejemplo, cómo el Puerto de Bilbao lanza lazos de conexión con 900 puertos de todo el mundo, una cantidad morrocotuda.

La muestra, dividida en seis bloques, describe el puerto mediante un sistema de videoproyección sobre una maqueta, conocer cómo se vive en un contenedor de tamaño real, que incluye hasta un sistema de vibración bajo los asientos para dar más realismo. En el tercero se ve un buque, que incluye un cubo de cristal-espejo en cuyo interior bombea un motor de barco; el cuarto expone rutas comerciales; el quinto, un vídeo sobre la sostenibilidad del puerto, y el último da a conocer los planes de futuro.