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Bernar y Lourdes se dan el ‘sí quiero’ bajo la lluvia

La villa de Ugao recreó ayer una euskal ezkontza con una kalejira y el enlace en el Palacio Jane

Bernar y Lourdes se dan el ‘sí quiero’ bajo la lluvia

Ugao-Miraballes - Boda lluviosa, novia dichosa. Mientras empezaban a caer las primeras gotas de agua, a este refrán se refirió ayer Lourdes Pascual minutos antes de afrontar “con mucha ilusión pero con nervios” su enlace con Bernar Pascual tras un largo noviazgo de “diez años, para casi once”, precisó. Vivirán en “nuestra querida villa de Ugao” donde Bernar tiene caserío “con una vaca llamada María y un cerdo de nombre Fernando”, apuntó el novio. Ambos tienen intención de aumentar la familia “con los hijos que Dios nos esté dispuesto a dar”, indicó Lourdes aunque su futuro marido añadió con seguridad que “queremos tener, al menos, media docena”.

Bernar y Lourdes -que pese al apellido en común no tienen parentesco alguno- fueron los principales protagonistas de la boda vasca que se recreó ayer en Ugao en el marco de la celebración de la Euskal Astea. Son componentes del grupo de teatro local Ugaoko Bidea “y estamos aquí un poco de rebote ya que lo iban a hacer otras personas pero, al final, no han podido”, explicaron. Fue hace solo diez días cuando la organización les pidió su colaboración “y aceptamos encantados” y a pesar del escaso margen de tiempo, como buenos actores, interpretaron su papel a la perfección.

La jornada festiva comenzó, a las 12.15 horas, con una kalejira que recorrió las calles del centro del municipio bajo continua lluvia que no logró empañar el acto. A la cabeza de la comitiva un grupo de trikitilaris y, a continuación, una pareja de bueyes engalanados para la ocasión arrastrando el carro con el ajuar de los novios: la cama (llegada de Zeberio), un armario, un espejo y ropa de cama.

Tras los animales, el cura y dos simpáticas niñas portando las cestitas con las arras y los anillos. La novia vestida de negro, tal y como manda la tradición, y con una toquilla de punto granate, caminaba del brazo de su orgulloso aita encarnado por el alcalde Ekaitz Mentxaka. “Se va a arruinar porque Bernar ha invitado a mucha familia, y gran parte ha venido desde las Américas”, señaló un poco preocupada. El afortunado novio -con camisa blanca, traje negro y txapela- realizó el recorrido del brazo de su ama y madrina -también de negro- que fue representada por Arantza Castañiza, de Etorki Dantza Taldea.

Cuando el séquito nupcial llegó a Herriaren Enparantza, los invitados se quedaron en la plaza para presenciar el enlace que se desarrolló en el balcón del Palacio Jane y en el que se dio fe de las capitulaciones matrimoniales y los conciertos que se establecían entre los esposos. Bernar, muy emocionado, tuvo que secarse varias veces las lágrimas con un pañuelo y a Lourdes le llegó a temblar la voz. Tras darse el sí quiero e intercambiarse los anillos, los ya marido y mujer se dieron un beso y las voces blancas de Sarea Txiki ofrecieron al matrimonio un bonito regalo en forma de canciones.

Ya de nuevo en la calle, Bernar y Lourdes recibieron la felicitación de familiares, amigos y vecinos, inmortalizaron el momento con las correspondientes fotos y en torno a 35 participantes acabaron la jornada compartiendo banquete.