Bilbao- Su abuelo, El Tío Dimas, patriarca de los gitanos en Bilbao y fundador de Iniciativa Gitana, le dijo antes de morir que ella debía seguir con su legado. “Por eso estoy aquí”, dice Tamara Clavería Jiménez, que lleva más de veinte años trabajando en el movimiento asociativo en defensa de los derechos del pueblo gitano, y sobre todo, de las mujeres gitanas. Ella ha sido el alma mater de las jornadas Empoderío: Gitanas feministas en movimiento que ayer se celebraron en Bilbao con la presencia de dos referentes del feminismo gitano: Marcela Lagarde y Pilar Heredia. Con este encuentro, las organizadoras pretenden que “las mujeres gitanas salgan reforzadas”.

¿Cómo surgió la idea de organizar estas jornadas?

-Cuando empezamos a hablar con Emakunde vimos que para nosotras, para las mujeres gitanas, podía ser muy interesante escuchar a otras mujeres sobre qué es el feminismo y el empoderamiento.

¿Y qué pretenden con ello?

-Que las mujeres gitanas salgan reforzadas y que se revalorice nuestra cultura porque para nosotras ser feminista y ser gitana no es una contraposición. Las mujeres gitanas somos feministas y lo reivindicamos. Por eso es importante que la sociedad lo escuche.

¿En boca de quién?

-Pues en boca de dos iconos del feminismo gitano: Marcela Lagarde, una antropóloga mexicana, y Pilar Heredia, la primera mujer gitana en acceder a un cargo político. Gracias a ellas, las mujeres gitanas de aquí pueden escuchar a otras sus procesos individuales de empoderamiento. Ellas son un ejemplo para todas nosotras.

¿A qué se debe ese título de ‘Empoderío: Gitanas feministas en movimiento’?

-¡A que tiene fuerza! Nos ha costado, pero creo que lo hemos conseguido. Con ese título queremos decir que las mujeres gitanas estamos haciendo una revolución tranquila, que estamos dando unos pasos lentos pero firmes. Estamos en movimiento real. En estas jornadas hay gitanas de todas las edades, y todas estamos en un proceso sin prisa pero sin pausa.

¿A dónde quieren llegar?

-Queremos que cada mujer decida libremente dónde y cuándo tiene que hacer sus luchas y sus reivindicaciones.

¿Cuál es la próxima actividad que van a organizar?

-Vamos a hacer una jornada destinada a los gitanos y gitanas que se están formando, ya que nuestro objetivo es hacer visible que la comunidad gitana se está formando. Para impulsar esto hemos diseñado unos itinerarios muy personalizados para ellas, para que se saquen los certificados profesionales y el graduado escolar.

¿Qué es Amuge, la asociación de la que usted es vicepresidenta?

-Es una asociación sin ánimo de lucro de mujeres gitanas que luchamos por los derechos de la comunidad gitana, con especial atención en la promoción y el empoderamiento de las mujeres gitanas de Euskadi.

¿Cuántas personas están integradas en la asociación?

-Somos 117 socias, todas de Bizkaia.

¿Cuáles son sus retos?

-Conseguir la igualdad tanto entre personas gitanas como no gitanas y que la comunidad gitana se forme.

¿Qué acciones realizan en el campo educativo?

-Tenemos en marcha un proyecto conveniado con el Gobierno vasco para mejorar la escolarización del alumnado gitano.

¿Cómo lo llevan a cabo?

-Entramos en los centros que nos marca el Gobierno vasco, donde hay una mayor población gitana, y allí creamos grupos interactivos, damos charlas y refuerzo educativo.

¿Y en el tema de igualdad?

-Ahí trabajamos en grupos que se llaman espacios de empoderamiento, donde las mujeres gitanas adquieren herramientas y habilidades para conseguir ese empoderamiento. Trabajamos de forma específica con formación en genero. Para ello contamos también con una persona de Emakunde.

¿Trabajan también con hombres en ese campo de la igualdad?

-Sí. Tenemos grupos con hombres, y he de decir que solo lo tenemos nosotras en toda España. Son los primeros grupos de nuevas masculinidades alternativas.

¿Por qué surgieron esos grupos?

-Porque las mujeres nos decían que teníamos que hacer algo con sus parejas ya que aunque ellas estaban en procesos de empoderamiento al final del camino tenían al mismo hombre en casa. Trabajamos con ellos todo el tema de la corresponsabilidad, crianza y violencia de género.

¿El hombre gitano es machista?

-No se puede decir que los hombres gitanos son más machistas que los no gitanos. El problema es que los roles en el hombre gitano son más marcados. Tienen menos herramientas para disimular el machismo que hay en la sociedad en la que vivimos. Un hombre payo le puede decir a una mujer: “Esa falda no te sienta bien” y un gitano lo dice de una forma más directa.