EL camino a Corea del Sur pasa por Estraunza. Así lo demostró el acto, protagonizado por el joven esquiador Juan del Campo, que tuvo lugar ayer en la tienda Euro-Sport de la céntrica plaza bilbaina.

El deportista, residente en Mungia y que cuenta solo 23 años, firmó autógrafos, regaló gorras y se hizo fotos con las seguidoras y los seguidores que se acercaron al evento. La propia tienda, especializada en deportes de invierno, y la firma Nordica, dedicada a la fabricación de materiales para disfrutar de la nieve, promovieron el encuentro.

“Nuestros esquís y el resto del material tienen diseño italiano y fabricación austriaca”, señaló Miguel Royo, responsable comercial y de marketing de Nordica Spain. Royo es natural de Sallent de Gállego, una localidad del norte de Huesca, en pleno Pirineo, donde se sabe mucho del blanco elemento.

El olímpico bilbaino acudió al establecimiento que regenta Jesús Valladolid acompañado por su madre, Carmen Hernández, y su padre, Javier del Campo. Se encontraba con ellos Alfonso Gómez, presidente tanto del Real Club Jolaseta de Getxo como del Euro-SkiClub Bilbao. Juan del Campo toma parte en distintas competiciones por el citado Euro-SkiClub, que fue fundado en 2015.

Si alguien disfrutó del momento con autenticidad fue el skiman de Euro-Sport, Roberto Hernández, que estaba como un niño con esquís nuevos. Acudieron, entre otras muchas personas aficionadas a los deportes de invierno, Yvonne Manzanet y la joven Sofía Monasterio, a quien no retrajo su brazo en cabestrillo; además de Marta Valladolid y Sofía Rodero. No perdieron la ocasión de fotografiarse con el deportista Yolanda Rodríguez, Ariane Ruiz, Mariasun Ruiz e Itxaso Elorduy. También se acercaron a Euro-Sport, Ana Martín, Román Herreros o Idoia Gutiérrez, de DEIA. Así mismo, mostró su apoyo al olímpico, Ramón Armentia, de la clásica y cercana tienda de moda Veritas.

Juan del Campo derrochó sonrisas y buena disposición para con niños, jóvenes y mayores. Actuó como un absoluto profesional de las relaciones públicas y no dejó rubrica en el aire ni selfi perdido. Con su aspecto, frescura y don natural no sería extraño que protagonice pronto cualquier campaña publicitaria, si es que no lo ha hecho ya. Lo que sí ha probado es la nieve de Corea del Sur que, aunque parezca increíble, presenta características distintas a la de Europa, lo que condiciona el tipo de técnica a emplear en el descenso.

Hace dos años que el esquiador bilbaino se dedica exclusivamente a su deporte. Cuando no baja pistas empujando con los bastones, a Juan le gusta pasear en moto, ir a la mar o subir al monte. Como buen vasco, es un poco cocinillas y amante del chuletón. Su meta en Corea del Sur es competir a tope y ganar experiencia de cara a los siguientes Juegos Olímpicos, los de Pekín, en los que, seguro, peleará por las medallas.

Juan del Campo tomará un avión rumbo a los Juegos de Invierno el próximo martes. Sus pruebas son el eslalon gigante, que se celebra el domingo 18, a las 2.15 hora de Euskadi, y el eslalon, fijado para el jueves 22, a las 5.45 horas.

“Las palabras apenas pueden describir cómo me siento ahora... He alcanzado un objetivo de vida, es un sueño hecho realidad: ¡Voy a ser olímpico! Todos los días de mi vida deportiva he luchado por esto y me siento honrado de poder representar a mi país en Pyeongchang 2018. Gracias a todos los que lo habéis hecho posible: mi familia, entrenadores, técnicos, federación, patrocinadores, compañeros de equipo y amigos. Sin vosotros nada de esto sería posible”, escribió Juan del Campo en sus redes sociales el pasado 27 de enero. “Ahora solo queda prepararse lo mejor posible e ir a darlo todo”, añadió.

Lo que Juan no podía saber ese día es que el camino a Pyeongchang 2018 pasara por Estraunza.