Sestao - Casi diez años después del cierre traumático de la cadena de electrodomésticos y mobiliario de cocina Choymo, el Ayuntamiento de Sestao ha concedido licencia de obras para rehabilitar el antiguo pabellón de esta extinguida firma comercial situada en el polígono industrial Ibarzaharra, junto a la carretera Barakaldo-Trapagaran.
Los trabajos autorizados a una promotora privada, según dio a conocer ayer el Consistorio ribereño, consistirán en la adaptación interior de este pequeño centro comercial, dedicado en su día a la venta de electrodomésticos, electrónica y mobiliario para el hogar, “en trasteros, espacios para uso de coworking y otros usos a determinar”, manifestaron fuentes municipales. El pabellón tiene unas dimensiones de uno 70 metros de largo y otros 70 metros de ancho y está adosado a otro pabellón por el lateral este.
Además, según la licencia concedida, se va a rehabilitar la fachada tanto para dar una imagen más actual del edificio como para poder anunciar convenientemente a las empresas que puedan instalarse en el edificio.
Reactivación La valoración que el Ayuntamiento de Sestao hizo de esta noticia es muy positiva. En este sentido, el alcalde, Josu Bergara, señaló que “es bueno que este espacio, que lleva años cerrado y en desuso, vuelva a ponerse en funcionamiento y a tener actividad”. El primer edil opinó además que noticias como esta vienen a confirmar “el interés creciente de los inversores por llevar a cabo proyectos en nuestro municipio, como lo demuestran las licencias que estamos aprobando en las últimas semanas”.
La marca comercial Choymo nació en 1970 en el barrio de Rontegi en Barakaldo con el objetivo de presentar productos y servicios de calidad para el hogar a sus clientes. Con el tiempo, la firma llegó a ser uno de los referentes en Ezkerraldea en la comercialización de productos como los electrodomésticos, mobiliario de hogar, cocinas, baños, aire acondicionado, calefacción, imagen, informática y sonido.
Sin embargo, la irrupción de otras compañías de ámbito internacional en la zona, especialmente en el complejo comercial Megapark, hizo que en febrero de 2008 la marca presentara un concurso de acreedores que supuso la desaparición de esta empresa familiar y 21 empleos.