Una noche de niños y para niños en Erandio

Erandio - El carbón apareció ayer en forma de lluvia y viento, por eso, el paseo de los Reyes de Oriente por las calles de Erandio se tuvo que suspender. Sin embargo, eso no aguó una noche “de niños y para niños”, como definió la fiesta de la entrega de cartas a Sus Majestades el director de Jado, Iñigo García Blanco. Y es que la asociación Erandioko Kabalgata Jado Ikastetxea es la encargada de hacer visible la magia que espolvorean Melchor, Gaspar y Baltasar. Una fantasía que también cobra vida en los 400 alumnos del centro que se implican en toda esta tradición.

“Llevamos 42 años haciendo la cabalgata”, desvelaba ayer el director de Jado, que recordaba, asimismo, que la asociación “forma parte de la historia de Jado Maristak”. El desfile de Erandio es, efectivamente, uno de los más arraigados y entrañables del Territorio, puesto que en él, los fieles ayudantes de los Reyes son siempre, precisamente, los reyes de la casa. “Ellos son los auténticos protagonistas en este evento”, destacaba Iñigo. “Es de las poquitas cabalgatas de Bizkaia en la que participan 400 niños”, apuntó. Todos esos peques tuvieron ayer algo más de descanso porque, tomando la información de Cruz Roja, la organización optó por cancelar el recorrido real, ya que había alerta naranja por fuertes lluvias y viento a partir de las 18.00 horas y como el itinerario dura más de una hora y media, los responsables prefirieron que los niños no se enfrentaran a esas condiciones meteorológicas. Así que estuvieron a resguardo en el frontón del colegio, montados en sus carrozas, sacándose fotos, comiendo bocadillos de Nocilla, sonriendo, jugando, disfrutando y, por supuesto, entregando sus cartas a Sus Majestades, situados allí mismo para atender todas y cada una de las peticiones.

Ese fue el resultado de un trabajo en el que se involucra la asociación Erandioko Kabalgata Jado Ikastetxea, que agrupa a unos 200 personas, y también a numerosos voluntarios. A finales de septiembre ya empiezan los preparativos para esta jornada de ensueño que no finaliza hasta hoy, cuando los niños abran sus regalos y cuando los organizadores de la cabalgata pasen a recoger lo que queda de un día y una noche de emociones.