Basauri - La primera vez que vio un cubo de Rubik lo hizo a través de la red, en Internet. Desde aquel día han pasado ya diez años y, en estos momentos, podría decirse que es un avanzado en esto de resolver este mítico cubo de colores, que a más de uno le ha dado dolores de cabeza. El basauritarra Erik Román es ahora un fanático de este pasatiempo o puzzle con forma de cubo -si bien, en la actualidad los hay de muchas formas y tipos- y a nivel de Bizkaia es de los que siempre obtienen buenos resultados.
Aunque este joven es muy modesto y se quita méritos. “Diría que soy un cubero mediocre y además actualmente no invierto todo el tiempo que invertía al principio”. Y es que cuando comenzó a tomárselo en serio pasaba unas 3 o 4 horas diarias intentando resolver el cubo. Sin embargo, cuando uno ve a este joven en acción, casi no puede seguir con la vista la cantidad de movimientos que realiza con una facilidad pasmosa. Además, esta afición no la va a dejar y Román admite que “tengo intención en el futuro de asistir a campeonatos internacionales de diferentes países”.
Desde 2009, el cubo de Rubik se convirtió en el hobby principal del basauritarra. Pero fue de casualidad como comenzó a “engancharse”. En este sentido, como siempre cuenta Erik, “todo comenzó en una típica tarde en la que estaba aburrido y acabé viendo vídeos en YouTube”. Después de bastante tiempo, se dio cuenta de que ya llevaba “un buen rato viendo vídeos de gente resolviendo el puzzle”.
De alguna manera, “me enganchó al momento la idea de poder hacer algo tan aparentemente complejo para muchas personas en tan poco tiempo”. Internet siguió siendo clave para que siguiera cogiéndole el gusto a lo de ser cubero, ya que Román era asiduo a un foro en el que “comencé a hablar diariamente con diferentes cuberos de la península, en el foro nos resolvíamos dudas, había retos semanales...”. Resolver los diferentes cubos de Rubik le encanta pero, sin duda, para Román lo mejor de haber entrado en este mundillo es “la gente que conoces, he hecho grandes amigos durante estos años, amistades muy duraderas y esa es la razón principal por la que nunca me he llegado a desenganchar de este pasatiempo”. Su evolución ha sido enorme y de hacerlo en 3 o 5 minutos las primeras veces, ahora mismo su récord está en 8,85 segundos, aunque el oficial es de 12,02 de single (mejor tiempo) y de 14,27 de media en la categoría de 3x3, “vamos, el cubo de toda la vida”. Lo que más sorprende es la rapidez con la que mueve dedos y manos, aunque explica que “sobre todo juega la cabeza, aunque sean las manos las que hacen los movimientos.
Y es que en los campeonatos, “los mejores jugadores saben qué movimientos deben hacer en cuanto ven el cubo”. Román ha estado en numerosos torneos, que lo han llevado alrededor de prácticamente toda la península hasta llegar a los 25 campeonatos. El más especial, el de París, donde compitió en el Mundial.
Este fin de semana participará en el Open de Basauri, una cita “también especial”, admite. Según el basauritarra, para resolver el cubo “no hay ningún truco, sólo tiempo y dedicación”, aunque asegura que hay formas de saber si lo estás haciendo bien, según qué colores coincidan en la esquina, etc. Define el cubo de Rubik como “un amasijo de plástico, tornillos muelles y pegatinas, que engancha mucho más de lo que la gente imagina y siempre te empuja a mejorar” y le gusta tanto, que tiene... ¡100 cubos!