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El hospital San Juan de Dios realiza una terapia con animales para residentes

El hospital San Juan de Dios realiza una terapia con animales para residentesJuan Lazkano

BILBAO. El programa se ha realizado mediante la supervisión de un psicólogo del centro y con la colaboración con la Asociación de Intervenciones Asistidas con Animales Lauanka.

El psicólogo Iñigo Santisteban ha explicado que los participantes han sido personas de menos de 60 años que, "por sus circunstancias de salud y personales", presentan un alto nivel de dependencia y viven en San Juan de Dios. Entre ellos, hay personas con enfermedades crónicas avanzadas, lesionados medulares, con daño cerebral adquirido y enfermedades neurodegenerativas.

Las sesiones de terapia se han llevado a cabo en grupo, durante doce sesiones, y "se ha orientado a facilitar conductas de cuidado y la expresividad emocional mediante la interacción con el animal, evocar recuerdos biográficos en relación con mascotas y aumentar la comunicación entre los participantes y el terapeuta". "Todo ello ha redundado en una mayor humanización de la enfermedad", ha destacado.

Los encuentros han sido dirigidos por Nagore González de Ibarra, trabajadora social y experta en intervenciones asistidas con animales de Lauanka, en coordinación tanto con el psicólogo como con la monitora de actividades ocupacionales del centro.

La especialista de Lauanka ha explicado que "el perro es un ser vivo sin prejuicios y este hecho facilita, con el debido entrenamiento y dirección, el mantenimiento de una comunicación emocionalmente segura por parte de los pacientes". Según ha indicado, "es un facilitador social y, con una adecuada guía profesional, se pueden lograr diversos beneficios terapéuticos".

Entre otros aspectos, la iniciativa con los pacientes de alta dependencia de San Juan de Dios, en la que ha participado un golden retriever llamado Baloo, ha permitido "apreciar cómo se reducían el estrés y la ansiedad y mejoraban su estado de ánimo, su motivación y la autoestima" y, además, "la interacción con el perro era algo que les estimulaba cognitiva y afectivamente", ha indicado la terapeuta.

Asimismo, ha destacado que los animales "facilitan la interacción dentro del grupo no sólo con el propio animal, sino entre los propios pacientes" porque, "correctamente entrenado y guiado, el perro puede generar un efecto socializador, sirviendo de vehículo de comunicación y de expresión de emociones entre varias personas".

Según ha avanzado Iñigo Santisteban, "los datos tras el desarrollo del programa han sido positivos" y, por ello, el hospital está estudiando "la viabilidad de repetir la experiencia grupal o la posibilidad de extender las intervenciones asistidas con animales a otros colectivos de pacientes del hospital".