BARAKALDO. Los vecinos de Desertu y Urban llevaban tiempo esperando a que las vías del tren dejasen de ser una frontera, un obstáculo que dificultase la comunicación entre estos dos puntos de Barakaldo. Desde ayer, la ansiada pasarela que une estos dos lugares por encima de las vías del tren, ya es una realidad totalmente paseable y disfrutable. Atrás han quedado las dificultades técnicas de la obra y el tiempo de espera que han vivido los vecinos hasta que el pasado noviembre se iniciasen estos trabajos que se han culminado en once meses. Asimismo, con la puesta en marcha de esta pasarela, definitivamente, se cerrarán los túneles de Renfe, un pasadizo que era un punto de inseguridad, sobre todo, para las mujeres. Los trabajos de cierre de estos túneles se iniciarán el lunes.
Son sesenta metros de viaducto, pero serán sesenta metros que cambiarán, sobremanera, el día a día de estas dos zonas de Barakaldo. “Es un día muy importante para Barakaldo porque esta pasarela era una necesidad para nuestros vecinos. Esta es una zona muy transitada y, en ocasiones, era una trinchera. Ahora, hemos logrado que sea un lugar cómodo, accesible y muy amable”, remarcó Amaia del Campo, alcaldesa de Barakaldo. La pasarela Murrieta es un ejemplo de colaboración interinstitucional, ya que el Gobierno vasco ha aportado de sus arcas 1,8 millones para hacer realidad este proyecto que era una demanda vecinal. “Quiero dar las gracias a los vecinos de Barakaldo por su comprensión y su paciencia porque han sabido sobrellevar los retrasos de estas obras. Retrasos por cuestiones administrativas y por la complejidad técnica de los trabajos”, explicó Josu Erkoreka, portavoz del Gobierno vasco.
Y es que, tan solo visto en números, se comprueba la magnitud de los trabajos que se han desarrollado para crear esta pasarela de 60 metros y que está dividida en dos tramos. El primero de ellos cuenta con 26 metros de longitud y 15 toneladas de peso, mientras que el segundo tramos mide 34 metros de largo y pesa 17 toneladas. Los pilares sobre los que se sostiene esta pasarela miden veinte metros, de los cuales siete están empotrados en rocas. Dicha espectacularidad de los trabajos se visualizó el pasado 25 de julio, cuando fue necesaria la intervención de una autogrúa de 650 toneladas para hacer el montaje y la unión de los dos tramos de los que se comprende la pasarela. Asimismo, las rampas con las que cuenta tienen una longitud de 98 metros, todo ello, apoyado en un ascensor que facilita el tránsito de personas con movilidad reducida.
En el momento del corte de cinta de la pasarela, además de Josu Erkoreka y Amaia del Campo, también fueron protagonistas dos representantes de los movimientos sociales y vecinales de Barakaldo: Carlos Dacar. del Banco de Alimentos, y Esther Acasuso, de la Asociación de Jubilados Argenta. “Esta obra demuestra que los ciudadanos debemos estar atentos y transmitir a las autoridades qué es lo que hay que mejorar”, señaló Acasuso.
Sin noticias de Adif
Sin embargo, aún queda una fase para que este proceso de obras se ejecute al completo. Todavía resta que Adif ejecute su parte del proyecto, unos trabajos que deberán garantizar la accesibilidad a la estación de Desertu Barakaldo a través de un ascensor. A día de hoy, el Ayuntamiento de Barakaldo no ha recibido noticia alguna de cuándo se ejecutarán dichos trabajos. “No tenemos ninguna noticia de Adif al respecto, no sabemos cuándo se van a colocar los ascensores. Es algo que les corresponde a ellos y que está en su plan de inversiones de infraestructuras”, dijo Del Campo.