BILBAO - Es cuestión de días. El Área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, criba en estos momentos las propuestas al plan de movilidad de la villa. De las 51 iniciativas que se han dado a conocer a la ciudadanía para que opine sobre su implantación en la capital sobresale la propuesta de establecer límites de velocidad más estrictos. Bilbao será una ciudad 30 en 2018. A partir de enero, el Ayuntamiento adoptará las medidas oportunas para garantizar la reducción de la velocidad de los vehículos a 30 kilómetros por hora, a esta decisión se sumarán otros cambios que aún se están debatiendo.
El próximo mes, el área que dirige el concejal Alfonso Gil dará a conocer las conclusiones del proceso participativo abierto en la villa para conocer las preferencias de la ciudadanía sobre movilidad en Bilbao. Durante los últimos meses los bilbainos han podido opinar sobre el medio centenar de propuestas planteadas y los responsables de movilidad han analizado los pros y contras de cada iniciativa debatida.
Las más factibles, menos polémicas y más beneficiosas para garantizar una buena movilidad en la villa serán las que se pongan en práctica. Es un proceso que aún está abierto, pero hay una decisión que lidera el resto del plan, según han informado a DEIA, fuentes gestoras del Plan de Movilidad Urbana Sostenible.
La que se denomina Bilbao 30 se impondrá en 2018. Para ello se van a establecer límites de velocidad más estrictos y se hará un mayor control de la misma con radares como medida disuasoria. Los responsables de la movilidad persiguen con ello reducir de forma real el paso de los vehículos para así disminuir tanto el número de accidentes como la gravedad de los mismos. El propio Plan de Movilidad determinará también la jerarquización viaria ya que no será la única medida que modifique los hábitos de desplazamiento. “Es un salto cualitativo para la ciudad y su movilidad”, señala Gil. Y añade “es mayor calidad de vida, menos siniestralidad, menos polución, mayor capacidad para la intermodalidad, en síntesis ponerse a la altura de las ciudades más avanzadas del mundo”.
otras propuestas El calmado del tráfico se podrá ver reforzado si se aprueba otra iniciativa pensada para reducir los ciclos semafóricos de forma que el tiempo de espera de verde para los vehículos se minimice, siempre en los momentos en los que la intensidad viaria no comprometa la capacidad de la vía urbana.
Para que Bilbao pueda gestionar mejor sus tráficos el plan de movilidad pretende reforzar el uso del transporte público pero también se plante controlar el flujo de vehículos que entran en la villa.
Esta medida, que causó tanta polémica en la primavera pasada aun está debatiéndose. La propuesta plantea establecer un peaje urbano de entrada a la ciudad -o a la parte central- entre las 7.30 y las 9.30 horas los días laborables. El objetivo es disuadir que los viajes de acceso al trabajo en Bilbao se realicen en automóvil, ya que el motivo del trabajo es el que presenta una mayor cuota de utilización del vehículo privado.
Según el estudio, realizado previamente, tres de cuatro personas que vienen a trabajar a la villa cuentan con garaje, lo que les hace cautivos del coche. Teniendo en cuenta que estos desplazamientos diarios a la villa se cifran en 180.000 y que mayoritariamente el motivo es el trabajo, esta medida sería sin duda de las de mayor impacto. No obstante, es una de las más polémicas, por lo que el debate sobre sus ventajas e inconvenientes se encuentra abierto.
Planes en centros de trabajo Otra de las propuestas que se estudian pasa por obligar a establecer planes de movilidad a centros de trabajo que dispongan de más de 50 personas empleadas. Se trataría de que las propias empresas sean las que establezcan medidas que reduzcan el uso del automóvil en los viajes de acceso al trabajo. Dentro del Ayuntamiento se propone también establecer un plan de movilidad laboral para analizar las modalidades de acceso y establecer medidas que reduzcan el uso del coche privado entre la plantilla municipal en los viajes laborales.
Pero hay más. Se pretende reducir las plazas de rotación en el Ensanche en caso de que por la noche sobre dotación para residentes. Esta medida plantea aprovechar la reserva de los parkings del Ensanche con lo que se conseguiría disponer de espacio público para otros usos de la ciudadanía. Otra intervención en estudio es recuperar y reformular la transformación de zonas para uso exclusivo de peatones y transporte público por ejemplo en la plaza Moyúa y en el tramo de la Plaza Circular-Mazarredo.
En estos ámbitos la iniciativa pasa por transformar Moyúa para uso exclusivo de transporte público y peatones, para lo que se necesitaría un estudio detallado para reordenar el tráfico general. Por otro lado, propone el uso de la Gran Vía para el transporte público en el tramo entre la Plaza Circular y Alameda Mazarredo, suprimiendo el privado de este tramo.
Otras medidas que también han sido planteadas en este Plan de Movilidad Urbano Sostenible se refieren a una estrategia dirigida al urbanismo. Entre ellas, se debate aumentar la concentración de actividad y residencia en zonas cubiertas por el transporte colectivo. Los nuevos desarrollos de residencia y de actividad económica se concentrarán en aquellas zonas de Bilbao en las que la accesibilidad en transporte público presente mejores índices.
Además, otra idea plantea que durante la próxima redacción del PGOU se deberán plantear al menos dos escenarios de movilidad. Estos escenarios deberán ser valorados mediante un modelo de transporte completo y calibrado para conocer cuál ofrece mejores resultados en los objetivos de sostenibilidad planteados por el PMUS.