Emilio Zunzunegi

Muskiz- No hicieron falta altavoces ni personal ad hoc para que animara a los vecinos de Meatzaldea, que ayer asistieron a la XI edición de la Feria de Caza, Pesca y Medio Ambiente a darse un atracón de reciclaje activo. No en vano, a lo largo de toda la mañana fueron cientos de personas -muchas de ellas niños y jóvenes- las que se acercaron a las campas de Donibane cargados con botellas de plástico y latas de refrescos para depositarlos en las dos máquinas de reverse vending con las que el Ayuntamiento de Muskiz quiso testar el compromiso de sus vecinos y visitantes con un reciclaje, que otorga a sus usuarios ekotickets como apoyo a su gesto verde.

Ayer, este gesto solidario con el medio ambiente tuvo como recompensa su intercambio por gorras, camisetas, lámparas led y difusores de agua, aunque, como señalaron a DEIA fuentes de la empresa promotora de esta forma de reciclaje -muy extendida en el centro y norte de Europa y que podría materializarse en breve en Muskiz- “permite a los agentes locales ofertar regalos o descuentos a sus clientes a través de estos ekotickets obtenidos con el reciclaje activo”. Un reciclaje que, por otra parte, resta peso y volumen a la cuenta de gastos del servicio municipal de limpieza, que debe llevar sus residuos al vertedero autorizado. No fue, sin embargo, este despliegue medioambiental el único evento destacable de esta XI Feria que reunió a cerca de 60 expositores, entre los que cabe hacer mención a los estands dedicados al mundo de la pesca.

Sin muerte No en vano, esta feria tiene la particularidad de que alterna estands de todo tipo de materiales utilizados por los aficionados al carrete y el sedal con diversos escenarios para el fomento y la práctica de la pesca sin muerte. Piscinas, donde los neófitos pudieron aprender diversos lances, o las orillas del río Barbadun, donde algunos aficionados se cobraron mubles de diferentes tamaños, e hicieron las delicias de los pecadores en ciernes, mientras que junto a la muna del río una decena de puestos mostraban a los visitantes diferentes ejemplares de perros de caza.

La feria contó, además, con diversos puestos donde los productos de la huerta y del bosque -las nueces tenían un apetitoso aspecto- lidiaban con varios artesanos. La tranquilidad de la feria se turbó hacia las 13.30 horas con el ruido del rotor de un helicóptero de la Ertzaintza desde el que Sun, un ejemplar de pastor belga malinois, descendió desde más de 40 metros junto a su guía Goiko para deleite de los presentes, especialmente de los más pequeños.