Síguenos en redes sociales:

Un brindis por Plentzia

No era un día cualquiera en la villa de Uribe Kosta; era el día del cóctel de las fiestas de San Antolín, una fecha en la que la diversión se riega con esta bebida exclusiva de la localidad que añade gotas de alcohol al helado de vainilla

Un brindis por Plentzia

ENTRE vestidos tradicionales vascos y marmitako, entre canciones y coreografías para echarse a reír un buen rato y destellos del toro de fuego, entre las voces de Huntza y los sonidos de la pelota en el frontón, entre todos estos ingredientes festivos de San Antolín en Plentzia se hallaba ayer el frenesí del día del cóctel. La bebida de color y sabor a vainilla, genuina de la villa, sirvió ayer para maridar una multitudinaria jornada de celebración, al amparo del sol en el cielo y de un sábado reinando en el calendario. Antes de que la juventud se apoderase de la localidad, según avanzaba el reloj y se apagaba la luz, el mediodía y las primeras horas de la tarde reunieron a numerosas personas de todas las edades para alzar los vasos al cielo y brindar por más momentos de alegría y despreocupación.

Y claro, en Plentzia, los buenos deseos refrescan la garganta con el cóctel, ese brebaje ante el que “hay que tener cuidado, porque como te tomes unos cuantos...”, comentaba Andoni, desde una de las txosnas instaladas en el Astillero. Y es que en esos pequeños vasos van gotitas de distintas bebidas alcohólicas, que con el sugerente helado de vainilla forman un combinado riquísimo y un pelín peligroso...

La receta de la pócima mágica ha experimentado cambios con el paso de los años y cada maestrillo tiene su librillo, pero los ingredientes imprescindibles suelen ser: helado de vainilla, Brandy 103, Ginebra MG, vermú rojo y vino Bandeira. Después, cada establecimiento hostelero le aporta su toque y la canela siempre es opcional. El huevo, hoy en día, ha desaparecido de la coctelera. La bebida del Arrarte, por ejemplo, cumple mucho con los cánones. “Le ponemos helado, coñac, Bandeira, ginebra y vermú”, explicaba Edu Arrarte tras la barra en una más que ajetreada jornada laboral. “Hoy es un día de trabajo a tope, pero es una fecha bonita que a todos nos gusta”, admitió el propietario del local que siempre será recordado como el Camay. Edu diferenciaba entre el público más mayor, que disfruta de este día a partir de las 13.00 horas, y la juventud que empieza a abarrotar el municipio más tarde. “Pero los jóvenes también piden el cóctel”, matizaba.

Muy popular Se trata de una tradición con “mucho arraigo” en la villa, como reconoce el actual alcalde, David Crestelo. De hecho, todos los bares de Plentzia, incluso los del puerto -que se encuentran más lejos del epicentro festivo- preparan sus respectivos cócteles y toman parte en el espíritu coctelero. Algunos locales llegan a elaborar alrededor de 200 litros y muy pocas veces sobra algo... Además, hay quien busca la innovación y hasta cuenta con un cóctel sin alcohol para que los menores también puedan testar este brebaje.

“Nos gustaría hacer algún tipo de homenaje al cóctel, quizás una exposición permanente que muestre su nacimiento, evolución... que hable de la receta, de los bares que han sido premiados, que haya también un recuerdo a los precursores...”, señaló el primer edil plentziarra. Según cuenta Crestelo, él ya ha estado recopilando información y ha dado con los primeros programas de fiestas que hacen alusión al cóctel. “Son de finales de los años 70”, indicó.

No se sabe a ciencia cierta cómo nació esta bebida y por qué es la que riega las fiestas de la localidad. La versión más extendida sitúa su origen en el antiguo Palas y en la figura de José Mari Unibaso. Alguna de las teorías es que el cóctel nació de una simple mezcla de las bebidas que había en el establecimiento... Y muchos años después, esa posible combinación de casualidad y originalidad está más que asentada en Plentzia cada 2 de septiembre.

Si bien los festejos de La Magdalena también reservan en julio un hueco para este cóctel, lo cierto es que no es tan multitudinario como el de San Antolín. “Es un día que gusta mucho a la gente del pueblo, una de esas fechas especiales”, consideraba Inma. Una cita a la que nunca fallan los miembros de la cuadrilla Galtzagorri, que siempre aportan la nota más colorida, pues todos los años pasean por la villa disfrazados.

Pero el día de ayer tuvo más argumentos que la bebida made in Plentzia, como el concurso de play-back infantil. Si el viernes por la noche fueron los mayores los que lo dieron todo en el escenario, ayer por la tarde los peques tomaron el relevo y demostraron que están hechos unos fenómenos. Estas dos citas musicales, junto al desfile de disfraces son otros de los momentos cumbres de las celebraciones de San Antolín, que han gozado de más actividades tradicionales, como la octava edición del Plentzia Kantari, una kantujira por Plazatxoa, Erribera, casco y plaza de la Iglesia, o el torneo Plentziako Uria, de pala profesional, que ayer vivió sus finales.

Y hoy San Antolín se despide por la puerta grande, con otro de los platos fuertes del programa: el concurso de marmitako.

Las cuadrillas de jóvenes dan ahí el último do de pecho junto a grupos y familias que saborean un día de piques gastronómicos y buena compañía. Los codiciados sitios para fijar los campamentos base culinarios ya estaban ayer reservados. La entrega de premios de todos los concursos celebrados en estos días de diversión y el toro de fuego pondrán el broche final a las fiestas de Plentzia, que han recibido a numerosos visitantes. La villa aguarda ahora los eventos culturales durante septiembre.