Bilbao - De lo que no le cabe duda a Álvaro Díaz-Munío, presidente de la asociación Destino Bilbao, es que la industria del turismo debe ser sostenible, buscando el equilibrio en el tipo de turista al que se dirige la ciudad. Apuesta por la inauguración acompasada de nuevos establecimientos. Eso sí, siempre que todos se rijan por el mismo control. En ese sentido, ve con preocupación el aumento de alojamientos turísticos ilegales. Solo en Bilbao asegura que hay más de 600 que incumplen la normativa municipal, al ubicarse por encima de un primer piso.
En los próximos años abrirán varios hoteles en la villa; el último anunciado, el Catalonia Hotels & Resorts. ¿Qué opina sobre esta proliferación?
-Esto es un libre mercado, ya sabemos que hay otras compañías que quieren entrar en la ciudad. Tenemos la preocupación de qué es lo que va a ocurrir, ya hemos vivido una situación similar con el efecto Guggenheim y el boom hotelero. Después tardamos en tragarnos ese sapo. Estamos pasando por un buen momento que justifica estas inversiones y entiendo que detrás de cada proyecto hay un estudio de mercado, pero eso no significa que sepamos lo que va a pasar dentro de cuatro o cinco años. Es algo cíclico.
¿Destino Bilbao está abierta a nuevos socios?
-Sí, claro. Somos compañías internacionales, nacionales y locales que competimos en un mercado y luchamos por los clientes, pero eso no quita que a nivel de destino nos una la necesidad de promoción.
También se han abierto varios ‘hostels’ en los últimos meses.
-Que haya tipos de alojamientos más modernos, más cool... nos parece estupendo. Eso significa que la ciudad se está adaptando al cliente actual. En Bilbao tiene que haber gente que venga a dormir compartiendo habitación. Y también gente que quiera dormir en una suite real.
En temporada baja los hoteleros siempre se quejan de que hay habitaciones disponibles.
-El problema es que nosotros no vendemos tornillos, no guardamos lo que vendemos. Estamos en función de la oferta y la demanda. En noviembre, diciembre, enero y febrero hace mucho frío y las plantillas de nuestros hoteles son numerosas. La competencia está muy bien, pero con cuidado.
¿A qué se refiere?
-Estamos pasando por una fase en la que vivimos de prestado. El motivo por el que funcionamos bien, además de haber hecho los deberes y el apoyo de las instituciones, es la situación de inseguridad que tienen otras ciudades. Nos hemos visto beneficiados pero eso tiene mucho peligro. Ciudades como París o Londres han perdido un montón de turistas y hay mucha gente que se mueve a otros lugares, como Bilbao.
En los últimos días la industria del turismo se ve con recelo.
-Queremos que nuestra industria se vea con buenos ojos y que todos estén contentos de que haya un hotel nuevo en Bilbao. Ahora mismo hay ciudades en las que nadie quiere ni un hotel ni un hostal, porque ya han conseguido el descontrol madre.
¿Cuál es la clave para un turismo sostenible?
-Encontrar el equilibrio en el tipo de turista al que nos dirigimos. Somos un destino con gancho, de calidad, todas las encuestas nos valoran así. Pero vemos cómo otros lugares, por el afán del corto plazo, dejan de ser un lugar atractivo para convertirse en uno de batalla. Eso no lo han hecho solo los Magalufes, sino ciudades como Barcelona. Ahora resulta que el turista está visto como un peligro. No queremos que eso ocurra.
Pero hasta hace poco Barcelona era un espejo en el que mirarse.
-Muchas veces queremos compararnos con Barcelona, pero no todo es éxito. Hay una parte muy peligrosa, con protestas a nivel político y nivel vecinal contra un movimiento de turistas descontrolado. Entre otras cosas porque las viviendas ilegales ya están a un nivel desproporcionado y no pueden gestionarlo.
En Bilbao también llevan años denunciado ese problema.
-Con los alojamientos ilegales estamos cometiendo ese mismo error. Tenemos una Ley de Turismo, desde agosto del año pasado, que todavía no se está utilizando. El turismo sostenible es el equilibrio entre lo que hay y lo que tiene que venir.
Desde el Gobierno vasco afirman que ya han comenzado las inspecciones de los pisos turísticos, ¿esperan que se pueda atajar la situación de estos alojamientos?
-Si quisieran atajarlo tardarían menos de un mes. Internet permite hoy en día tener información de todo. Parece que es un problema económico, pero esos controles van unidos al turismo sostenible, con la convivencia entre los que viven aquí y los que vienen. A esos alojamientos ilegales ni los vecinos ni el departamento de Seguridad... sabe quién acude. Están permitiendo que entren una serie de personas sin ningún control ni garantía.
En el caso de Donostia el Consistorio ha ordenado el cierre de 129 pisos. De momento, en Bilbao, no hay noticia de ninguna clausura.
-Quien tiene la potestad en turismo es el Gobierno vasco. La Ley se hizo para que los alojamientos ilegales tuvieran una cobertura. Pero, a nivel local, en Bilbao, esta ley se junta con unas ordenanzas, en las que se decreta que no se puede tener ningún tipo de actividad por encima del primer piso. Conocemos más de 600 alojamientos ilegales por encima del primer piso en la ciudad.
Parece que el hecho de que haya varias instituciones implicadas complica el asunto...
-El Ayuntamiento puede controlarlos, por tener una actividad por encima de un primer piso; la Diputación también puede meterles mano, por no pagar impuestos, y el Gobierno vasco, por no estar registrados o por tener un número de registro sin la licencia del Consistorio. Esa es otra. Hay un montón de establecimientos inscritos en el Ejecutivo de Lakua, con su correspondiente número de registro, a los que se les terminará diciendo que son ilegales por estar por encima de un primer piso.