EL 5 de diciembre de 2001 íbamos en coche a las Bardenas Reales para realizar una ruta en bici. En mitad del camino nos avisaron del fallecimiento de Ramón González Sojo. Suspendimos la actividad y nos dimos la vuelta. En su funeral fui uno de los que portó un féretro que, como no podía ser de otra manera, iba cubierto con una bandera del Club Alpino Padura de Arrigorriaga y un piolet”, recuerda el mendizale y alpinista Zigor Egia.

Ese día de invierno, el mundo del montañismo vasco perdió a un maestro, un compañero y un referente para muchas generaciones al que, cariñosamente, llamaban Ramontxa. Hijo mayor de cinco hermanos, nació un 14 de enero de 1919 en Arrigorriaga, aunque después sus padres se trasladaron a vivir a Bilbao. Fue en la capital vizcaina donde comenzó su andadura en la montaña con el Club Alpino Bilbao pero con 30 años -acompañado de Rodrigo Villamor y Gerónimo Pérez- ascendió a la cima del Intxorta para escribir en un papel el acta fundacional del Club Alpino Padura de Arrigorriaga. “Fue algo simbólico ya que la entidad no fue registrada oficialmente hasta mayo de 1951, tras una salida al monte Artanda. La primera junta estuvo formada por Gerónimo Pérez, Karmele Albizua, Domingo Mulas, Martín Cubillo y Ramón González Sojo que, además de ser el socio número uno, fue su presidente hasta 1972”, precisa Egia.

Tiempo antes, Ramontxa ya había protagonizado algunos hitos, puesto que en 1936, con solo 17 años, se atrevió a escalar el Pico El Fraile. Pero sus principales hazañas las logró siendo integrante del Club Alpino Padura, como la escalada que realizó el 5 de agosto de 1954 a los 319 metros de pared vertical de la cara sur del mítico Naranjo de Bulnes. “El Club Peñalara de Madrid inauguraba ese día el refugio Vega de Urriellu para conmemorar el 50 aniversario de la primera ascensión al Naranjo. Los promotores del acto hacen un llamamiento a escaladores mundiales para asistir. Ramontxa acudió y lo consiguió”.

Además, en 1956, Ramón entró a formar parte de la Hermandad de Centenarios Vascos tras cumplir con los requisitos del concurso convocado por la Federación Vasco Navarra de Montaña que consistía en “ascender a cien cimas de toda Euskal Herria realizando un máximo de 20 cumbres por año y solo una por día”, explica Egia.

Cinco años después, en 1961, obtiene la Medalla de Bronce de la Federación Española de Montaña y su querido Club Alpino de Arrigorriaga le otorgó en 1989 la Insignia de Oro del Padura, del que fue directivo hasta 1996. A lo largo de su carrera, incluso publica dos artículos en la revista Pyrenaica que edita desde 1926 la Federación Vasca de Montaña. El primero, en 1962, “sobre el monte Mandoia situado entre Zeberio y Arrigorriaga” y el segundo en 1966 “en el que explicaba con todo detalle cómo montar una tienda de campaña”.

Vídeo homenaje Son solo algunas pinceladas del intenso currículo montañero de Ramón González Sojo a quién, sin embargo, “nunca se le ha hecho un homenaje de fundamento”, lamenta Egia. Y no solo por su destacada trayectoria deportiva sino también para poner en valor todas las enseñanzas que transmitió e inculcó desde las filas del Club Alpino Padura. “Yo me hice socio en 1989, con 14 años, y acudía a la sede todos los viernes, de 19.30 a 21.30 horas a presenciar las charlas o proyección de diapositivas que ofrecían personas con mucha experiencia en el monte, y la mayor figura era Ramontxa. Con él hacíamos salidas todos los sábados y nos insistía mucho en que nos protegiéramos del sol con una gorra y crema. También nos enseñó a rapelar sin arnés y el código morse con silbato. Nos decía que siempre metiéramos uno en la mochila y yo, de hecho, aún lo sigo llevando”, asegura.

Zigor Egia acabó teniendo una “relación muy estrecha” con Ramontxa y con toda su familia y hace cuatro años pidió permiso para acudir a su casa “y revisar todo lo que tenían guardado en cajas”. Entre otras cosas encontró un álbum con instantáneas exclusivamente montañeras tomadas entre los años 1932 y 1952, otro importante lote de fotos sueltas datadas entre las décadas de los 60 y 90 y un manuscrito de tres páginas fechado el 23 de noviembre de 1955 en el que relataba con detalle su mítica escalada al Naranjo de Bulnes.

Zigor Egia supo en ese momento que se encontraba ante “una joya”, un material de importante valor histórico y documental que “como apasionado de la montaña me ilusionó, aunque no sabía muy bien qué hacer con todo ello”, reconoce. Ahora, cuatro años después, las ideas están mucho más claras. Egia y Ziortza San Pedro, técnico del Euskal Museo de Bilbao, están preparando un vídeo homenaje sobre la figura y trayectoria de Ramón González Sojo que incluirá más de 350 fotografías cedidas por la familia y que están en proceso de digitalización, el singular manuscrito, imágenes antiguas grabadas en VHS y declaraciones de personas que le conocieron. Al proyecto se han unido el Club Alpino Padura y el Ayuntamiento de Arrigorriaga como patrocinadores, cuenta además con la colaboración de la Federación Vizcaína de Montaña y aportarán su granito de arena el montañero Alex Txikon o el trikitilari amurrioarra Iñaki Plaza.