Ibarrangelu - Koro Hormaetxea fue desde 1979 hasta su cierre maestra de la pequeña escuela de Ibarrangelu, una de las localidades más bellas y visitadas del territorio vizcaino, aunque la gente que acude habitualmente, muchas veces, ignore hasta que haya estado. Y es que los conocidos arenales de Laida y Laga pertenecen a sus dominios, pero parece que el nombre de la localidad no suele resultar tan reconocido. Con otro lugar tan visitable como Elantxobe al lado, municipio que se escindió hace ya dos siglos de Ibarrangelu, mantienen un pique sano, compartiendo unas fiestas tan populares como las Madalenas.

¿Cuánto ha cambiado el pueblo desde que correteaba por sus calles?

-Muchísimo, y más todavía desde que los vecinos ahora mayores eran niños. El cura que nos enseñó ezpata dantza contaba que cuando él era joven había unos sesenta o setenta niños y otras tantas niñas en la escuela del pueblo. En total había tres escuelas de barrio en Ibarrangelu. En mis tiempos aún estaríamos unas cuarenta o cincuenta chicas y otros tantos chicos. Y ahora no hay. Cuando cerramos la escuela en 1998 teníamos solo nueve niños.

Al ser la maestra de un pueblo pequeño ayudaría a estrechar lazos con los niños.

-Claro, es que muchos niños eran hijos de gente que había estudiado conmigo, compañeros míos de la escuela.

¿Qué hay de cierto en el pique entre Ibarrangelu y Elantxobe del que se habla en ocasiones?

-No lo he vivido, pero dicen que ha existido. Suelo ir a tocar el órgano a Elantxobe en los funerales y alguna mujer del pueblo me ha llegado a preguntar: “Oye, Koro, ¿tu como vienes aquí si los de Ibarrangelu no podéis ni ver a los de Elantxobe?”. Pues serán otros porque yo no tengo ese problema. Tal vez era más esa sensación que se tiene de críos, que si una cuadrilla cogía y echaba a la otra a pedradas del pueblo o cosas así. Si en Ibarrangelu se fundía una bombilla, la habían roto los de Elantxobe y me imagino que al revés; pero es más lo que se dice, que lo que se vive. Algo habrá del pique, pero no queda mucho.

Habría un trabajo conjunto también, ¿Elantxobe aportaba el pescado y ustedes las verduras?

-No lo he conocido, pero he oído hablar de que se hacía trueque. Tengo el recuerdo de las pescaderas con el cesto en la cabeza, eso sí. Cuando venían al pueblo traían el pescado y a cambio recibían alubias, zanahorias, lechugas?

Son conocidas las fiestas de la Madalena en Elantxobe. ¿Suponen lo mismo para Ibarrangelu?

-Ya no es lo que era. Ibarrangelu sufría en Madalenas. Estábamos sitiados, no podíamos salir. Siempre comentábamos que si ocurriera un accidente no podía entrar la ambulancia, estaba todo atascado. Pero aquello se acabó. Desde que ocurrió aquel accidente -un joven murió tras lanzarse al mar desde el puerto- ya no pusieron más txosnas en esa ubicación. Esperemos que vaya cogiendo auge otra vez.

¿Es verdad que había gente que venía a las Madalenas y que no llegaba a Elantxobe porque se quedaba en Ibarrangelu?

-A una amiga mía le pasó con un autobús que había organizado alguna universidad de Madrid o Burgos para venir a fiestas. Junto al billete, ya les daban kalimotxo. Al volver, le preguntó a una de las que había venido qué le había parecido el puerto y la mujer le contestó que solo se acordaba de una cuesta larga, con una iglesia y un Cristo. Llegó hasta Ibarrangelu y aquí se quedó porque ya se encontró con un gran ambiente. Las fiestas eran impresionantes. Desde las 8.00 de la mañana los autobuses llegando, la gente sentada comiendo bocadillos, preparando los kalimotxos. Todavía no habían empezado nada y ya estaba todo el mundo bebiendo.

¿Hay alguna fiesta más a tener en consideración en el pueblo?

-Sí, el Corpus, que en sus tiempos dicen que era una fiesta impresionante porque había hasta desfile de carrozas y concurso de misses. A las 10.00 de la noche salía un autobús para Lekeitio y otro para Bilbao. A las 12.00, otros dos. Y la plaza seguía llena.

Hay gente que visita constantemente las playas de Laga y Laida pero no saben que pertenecen a Ibarrangelu.

-No conocen Ibarrangelu. O gente que ha ido a Elantxobe y no sabe por dónde ha ido. Elantxobe fue una puntita de Ibarrangelu que hace 200 años se independizó. Puede ser que el nombre sea muy difícil, pero ya se va conociendo. Quizás nosotros mismos hemos tenido un poco de culpa. Cuando te preguntaban de dónde eras, contestábamos: De un pueblo cerca de Gernika-Lumo. Y ahí quedaba la cosa.

¿Es verdad que hay un santo que era de Ibarrangelu?

-San Martín de la Ascensión. Se cree que era del pueblo, pero no hay pruebas. Hubo un cura que tenía mucha documentación al respecto, pero no sé que han hecho los herederos con aquello. He intentado buscar algo del tema, pero no he logrado nada. Parece que en una partida de nacimiento del santo pone San Martín de Aguirre y en otra San Martín de Agarre, nacido en Baranguela, señorío de Bizkaia. Pero es que Baranguela es un nombre muy parecido a Bergara y el cuerpo lo tienen allí de todos modos.

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