Miguel A. Pardo
Barakaldo - Los padres, además de ser quienes dan la vida a los hijos, suelen convertirse, en muchas ocasiones, en el ejemplo a seguir por las nuevas generaciones. Mertxe de Luis vio desde muy pequeña junto a su hermano Dioni, cómo sus padres, Mercedes y Dioni, trabajaban de forma incansable para sacar adelante su negocio: la librería Minerva de Barakaldo, establecimiento que cuenta con 54 años de vida. “Recuerdo que era una ratilla, una enana y ya atendía a la gente detrás del mostrador durante las vacaciones”, recuerda Mertxe. Ella, por aquel entonces, no era consciente de que, poco a poco, se iría metiendo en una dinámica, en una tradición familiar impulsada por la valentía y el espíritu emprendedor de sus aitas. “Mi marido era profesor y decidimos montar la libería como algo extra. Al principio, para tratar de que fuera rentable abrimos una academia en la parte trasera del local antiguo”, explica Mercedes Goikoetxea, madre de Mertxe. Los comienzos fueron duros y las dudas crecían. “Al final del primer año estuvimos a punto de cerrar, porque no daba beneficios, pero decidimos aguantar y al de poco vimos cómo el negocio empezó a ir para arriba”, rememora Mercedes.
Así, año tras año, curso tras curso se dibujaban en el número 26 de la Avenida de la Libertad las mismas imágenes cada mes de septiembre. “Se formaban unas colas inmensas de gente. Aquí venían a comprar sus libros no solo alumnos de los colegios de Barakaldo, sino también de otros lugares como Sestao, Trapagaran o Muskiz”, indica Mertxe, quien recuerda perfectamente la imagen pese a vivirlo siendo muy joven. Todas aquellas colas, esa avalancha de familias pidiendo libros, haciendo encargos tenía tras de sí muchísimas horas de trabajo no solo tras el mostrador, sino también de realizar y ordenar pedidos, almacenar o buscar los libros que faltaban. “Este es un trabajo duro y que requiere mucho sacrificio y constancia”, señala Mercedes.
Todo ese sacrificio y gran trabajo lo veía Mertxe mientras estudiaba para labrarse un futuro profesional y ayudaba, al igual que su hermano Dioni, en la librería. También percibía cómo el negocio evolucionaba paulatinamente. “Ha cambiado muchísimo todo, tanto la manera de consumir como el mundo editorial. Por ejemplo, ahora se publican muchos más libros, ya sea de literatura o de texto, hay un abanico inmenso”, explica Mertxe. También ha crecido sobremanera la competencia, ya que, además de la piratería en el mundo de la literatura, otro de los puntos que debilitan a estos negocios es que, en la actualidad, colegios y grandes superficies comerciales vendan libros de texto.
difícil decisión En 2000, falleció Dioni de Luis, marido de Mercedes y padre de Mertxe y Dioni y, entonces, Mercedes decidió dar un paso a un lado. La segunda generación debía decidir si Minerva cerraba sus puertas o seguía... Y decidieron continuar. “Teníamos ilusión por seguir y la situación laboral lo propiciaba”, argumenta Mertxe. La decisión de Mertxe y Dioni, sorprendió en parte a Mercedes. “No estaba segura de que fuesen a seguir con el negocio”, reconoce.
Pero lo hicieron y, hace casi tres años, se mudaron a una lonja más amplia en el número 43 de la Avenida de la Libertad. “Era renovarse o morir y volvimos a apostar por renovarnos”, explica Mertxe, una librera que ha cogido el testigo de sus padres y, cada día, trabaja en la librería Minerva.