La historia del viejo Sarratu a través de los ojos de Gilberto
El basauritarra de 87 años repasa los recuerdos y la transformación del barrio que le vio crecer
Basauri - La inevitable y en la mayoría de los casos, esperada transformación de distintos núcleos urbanos de los pueblos y ciudades es muchas veces celebrada por todo lo alto por sus vecinos. En otras ocasiones, los más nostálgicos se quedan con el regusto amargo de sentir que un trocito muy importante de la historia de sus vidas se va, junto con ese cambio, aún a sabiendas de que esa transformación ha sido para bien.
El barrio de Sarratu, en Basauri, es un perfecto ejemplo de esos núcleos que en pocos años se transforman totalmente. Con un carácter muy marcado y conocido desde siempre por las casitas o casas pequeñas y por las viviendas rosas y amarillas, esta zona del municipio es, a día de hoy, un barrio totalmente distinto. A toda esta transformación ha estado muy atento el basauritarra Gilberto Landeta, que a pesar de residir ahora en Bilbao, nunca ha abandonado del todo el barrio que le vio crecer. Landeta es uno de esos nostálgicos que, “aunque sepa que ha cambiado para bien y los vecinos ahora viven en casas mejores, me da mucha pena porque casi ni lo reconozco”, comenta mientras señala con el dedo el lugar en el que estaba su casa. Landeta suele acudir de vez en cuando al nuevo Sarratu “a recordar vivencias y para reencontrarme con todo lo que pasamos y disfrutamos los que vivimos aquí”, explica.
Y es que pasear con este basauritarra de 87 años por esta zona es viajar al pasado, a la memoria de un barrio en el que “sufrimos mucho pero fuimos muy felices”. Cuando Landeta habla de Sarratu lo hace emocionado y con la esperanza de que, de un momento a otro, como por arte de magia, aquel viejo Sarratu fuera a aparecer otra vez ante sus ojos. Ahora, “solo nos quedan los recuerdos”, dice con la voz quebrada por la emoción.
Lo que más echa en falta son “la cantidad de huertas que había en la zona cuando era pequeño”. Aunque ya no sea reconocible, Landeta recuerda perfectamente la parcela en la que vivía junto a su madre y sus hermanas, la zona donde jugaban al fútbol o el lugar exacto en el que había una casa que “una bomba partió literalmente por la mitad”. Y es que no todo es positivo para el basauritarra, que todavía se acuerda de “cómo sonaba la sirena de La Basconia para avisar de que se acercaban aviones y corríamos a un refugio que había bajo las vías” durante la Guerra Civil.
Un nuevo barrio La transformación de Sarratu, en la línea de las que se están dando en otros barrios basauritarras, ha sido total. La imagen, más moderna y destinada a mejorar tanto la calidad de vida de sus vecinos como a dar un nuevo aire a la zona, es ahora totalmente distinta. En todo esto ha influido la política de promoción de vivienda de protección oficial (venta y alquiler) en el municipio que promueven el Ayuntamiento y el Gobierno vasco. Desde que comenzaran a ejecutar las obras para levantar los nuevos edificios, ya se han entregado 60 viviendas de protección en régimen de venta y otros 90 pisos de alquiler social, ejecutados todos ellos por la sociedad pública Visesa.
Además de estas, ya se han iniciado las obras para construir otras 130 viviendas de protección oficial. También las lleva a cabo Visesa y se trata de un tercer edificio de vivienda protegida. En este sentido, son 65 VPO y otras 65 que se levantarán en otra fase posterior. Asimismo, la promotora privada Sarratu Berria S.L. ha edificado 47 viviendas libres en las que ya hay vecinos viviendo. En estos momentos están construyendo otras 27, también libres. A su vez, junto con el cambio en lo que se refiere a viviendas, se está urbanizando el entorno de Sarratu.
Gracias a las primeras fases, se va crear un espacio público en la zona conocida como la palmera, además del comienzo de un camino peatonal, un bidegorri, etc. Una vez se realicen estas primeras fases quedaría la tercera y última de urbanización de Sarratu. Se han previsto unas obras de edificación del último edificio del ámbito, con las mencionadas 65 VPO. Lo que está claro es que, por mucho que el viejo Sarratu haya dado paso a un nuevo entorno más amable y moderno, aquel barrio en el que Landeta y otros muchos crecieron, aún pervive en la memoria de todos ellos.