Los rostros que forjaron el euskera
El pintor Txomin Goyoaga expone 64 cuadros de Bertsolaris, poetas y cantantes euskaldunes
SESENTA y cuatro retratos al óleo sobre lienzo de famosos bertsolaris, poetas y cantantes euskaldunes conforman la muestra Euskerean Bidetik -La senda del euskera-, que se puede visitar hasta el 31 de marzo en la sala de exposiciones la Casona, de Amurrio. Su autor, el pintor amateur Txomin Goyoaga, natural de Zeberio y residente en Zornotza, la define como “un homenaje y un recordatorio hacia quienes han hecho posible que el euskera no haya desaparecido y se haya transmitido desde épocas ancestrales hasta hoy en día de boca en boca, generación tras generación”.
Y es que Goyoaga, de 77 años, es uno de tantos euskaldun zahar que, desde su más tierna infancia, fue testigo de los infructuosos intentos por silenciar la lengua vasca a base de imposición, persecución y prohibición. “Yo, de niño, no sabía castellano. Pero no tuve más remedio que aprenderlo en la escuela de Ermitabarri, en mi Zeberio natal, ya que nos trajeron a un profesor de Valladolid que no hablaba euskera”, recuerda.
Años más tarde, durante su etapa de estudiante en la Escuela de Peritos, Txomin formó parte del grupo de teatro Txinpartak de Bilbao. “Tenía solo 23 años y era una de las compañías que se atrevía a interpretar obras de pequeño formato en euskera. No era nada fácil porque cuando teníamos apalabrada una actuación en un pueblo, la autoridad competente la prohibía. No nos dejaban expresarnos en nuestro idioma, pero pusimos nuestro pequeño gratino de arena en favor del mantenimiento de la cultura vasca. El solo intento, ya nos satisfacía”, afirma.
Ya entonces, Goyoaga había desarrollado también un talento natural por la pintura. “De pequeño dibujaba bastante bien, aunque lo tuve que dejar un tanto aparcado por los estudios. Mi padre hizo un gran esfuerzo por mandarme interno a los Salesianos de Deusto, luego continué mi formación en la Escuela de Peritos, a los 25 años entré a trabajar a una empresa y a los 29 me casé y me mudé a Zornotza”, explica. Aun así, en vacaciones o los fines de semana aprovechaba para dar rienda suelta a su afición. “Me iba a zonas de naturaleza virgen y en la soledad de una esquina pintaba paisajes, árboles y ríos. En Zeberio, por ejemplo, plasmaba los caseríos de los barrios de Undurraga o Ugarte y también me gustaba adentrarme en el Valle de Arratia “. Como pintor autodidacta, el género del retrato comenzó a practicarlo “con mi propia familia, hasta el punto de que mis suegros posaban para mí hasta cansarles”.
Xalbador, el primero Pero en 1976, hubo un hecho histórico que le marcó: el fallecimiento del mítico bertsolari Xalbador a causa de una dolencia cardiaca mientras miles de personas le rendían homenaje en su pueblo natal Urepel. “Cuando escuché la noticia me emocioné tanto que me puse a buscar entre mis recortes de revistas y periódicos sobre cultura vasca alguna imagen suya. Encontré una que me gustó, hice tres bocetos grandes, elegí el que más se parecía a Xalbador y realicé el retrato definitivo. Ahí comenzó mi dedicación a pintar bertsolaris que luego continué con poetas o cantantes vascos”.
Lo hacía solo “para recordarlos” y como reconocimiento a su labor en defensa del euskera que, en algunos casos, se tornó en tragedia, “como Lauaxeta que fue fusilado con 32 años y que desde su celda escribió Agur Euzkadi, Jaunak Naroa/ Aberri Eder argira/ neure negarrak jarion neuzan/ zeure mendiari begira”. A Goyoaga también le impactó el sufrimiento de Torrealdai, “el que fuera director de Egunkaria y que estuvo encarcelado nueve años por nada”.
Y en su estudio permanecían guardados estos retratos hasta que “un día mi hijo me dijo que debería permitir que disfrutaran de ellos otras personas. Así monté, hace unos seis meses, mi primera exposición en Amorebieta y ahora la traigo al Valle de Ayala porque es un lugar donde se está consiguiendo recuperar y normalizar el euskera”.
Pasado y presente El apartado más prolífico de la exposición que acoge Amurrio hasta el día 31 es el dedicado a los bertsolaris con 41 retratos de personalidades pasadas o actuales como Bilintx, Txirrita, Peio Errota, Maialen Lujanbio, Andoni Egaña o el recientemente fallecido Jon Azpillaga. De él, el pintor destaca su bertso: Nik maitatzen det gure izaera/ ta maite det baserria./ Denen gainetik maitatutzen det/ ni hazi nindun herria. Poetas, escritores y cantantes como Lertxundi, Mikel Laboa o Barandiaran, completan la senda del euskera de Txomin Goyoaga.