El mal tiempo y la lluvia no desanimaron ayer a los integrantes de trece cuadrillas de Mungia que compitieron entre fogones y pucheros por una buena causa. El concurso Lapikoko Solidarioa se celebró un año más con el loable objetivo de recaudar fondos para las familias más necesitadas del municipio. La iniciativa germinó hace cuatro años cuando un grupo de amigos de la localidad se desafiaron para ver cuál de ellos era mejor cocinero de alubias y, viendo que les sobraría bastante cantidad de este manjar culinario, optaron por vender las raciones sobrantes a un euro y entregar lo recaudado a las entidades benéficas del municipio.
Desde primera hora de la mañana, fueron muchas las cuadrillas que tomaron posesión de sus casetas improvisadas. Dado que la cocción de la legumbre les llevaría varias horas, la mayoría de los chefs participantes decidieron tomárselo con calma y prepararse unos deliciosos hamaiketakos, mientras sus alubias se cocían a fuego lento, tratando de hacer así un mejor puchero que el de sus contrincantes. De esta manera, las cuadrillas se repartieron en bares como Ez esan Inori, Gure Txoko, Korrontzi e Ikusi, entre otros, y cocinaron en total 23 cazuelas con 70 kilos de alubia que fueron donados por la empresa local Legumbres Guillermo. “Pretendemos recaudar unos 700 euros con la venta de las raciones y esperamos reunir más dinero con las rifas pero este año hemos estado un poco lentos y tendremos que esperar unos días para hacer el recuento total del dinero”, señaló Emiliano Aguirrezabal, organizador del evento, quien destacó que entre los premios ofertados a los vecinos participantes había suculentas cenas, vermus con pintxo y packs de legumbres que fueron ofrecidos por bares y establecimientos del municipio mungiarra.
Sin parar de llover Aunque la lluvia no cesó y el mal tiempo fue protagonista durante buena parte de la mañana, a veces de forma tímida, dio algo de tregua a esta benéfica fiesta. Una de las cuadrillas más madrugadoras fue la liderada por Alejandro Ibarra, que junto a Iñigo, Gaizka y Juange comenzaron su labor culinaria a las 08.00 de la mañana. Para este veterano amante de la alubia, la clave para lograr el mejor plato consiste en combinar tres elementos; a saber, la paciencia, dar mucho cariño a lo que se cocina y lograr un buen ambiente entre los amigos. “Tenemos al campeón del año pasado”, aseguró con orgullo, si bien reconocía que lo más importante de este día para ellos era, sin ninguna duda, contribuir a esta bonita causa solidaria. “Cada año, y visto el éxito que ha tenido la cita, se han ido sumando más locales que aportan sus productos y ofertas. Creemos que está cogiendo mucho ambiente y ganando en apogeo”, destacó este vecino de Mungia, uno de los precursores del evento desde sus inicios, en 2012.
De la misma opinión era Julen Korrontzi, que un año más participó en esta cita, ineludible para él y los suyos. En su bar, situado en la calle Butroi, coordinaba la labor de sus compañeros, entre humeantes pucheros que desprendían blancas y aromáticas bocanadas de humo. “Queremos que este evento continúe los próximos años y que tenga más afluencia de gente para que se recaude más dinero, incluso que venga gente de alrededor del pueblo”, puntualizó.
Sobre la una del mediodía, y en plena vorágine del derbi entre la Real y el Athletic, muchos vecinos se acercaron a los puestos a degustar los diferentes pucheros. Fue el caso de María Jesús Aguirre y Cristina Lavinia que saboreaban con decisión su ración de alubias acompañada de un buen vino tinto. Ambas son habituales del Lapikoko Solidarioa y ayer no dudaron en participar aportando su euro solidario para las familia necesitadas de Mungia. “Nos parece genial que se de dinero a las familias y gente necesitada del pueblo. Nosotras venimos con mucha ilusión para ayudar en esta causa”, comentaron al unísono las dos mujeres.
Finalmente, el premio recayó en Fernando Santamaría, propietario del Gure Txoko, quien convenció al jurado con su receta y obtuvo su merecido gorro de cocinero de la mano del vencedor del año pasado, Juange Uriarte.