BILBAO. La crisis del ladrillo ha pasado a mejor vida en Bilbao. Al menos eso indican la cantidad de proyectos residenciales de nuevas viviendas que están activos en estos momentos bien en promoción comercial, bien en construcción o que están a punto de entregar las llaves a los nuevos vecinos. Según los datos recogidos por este periódico en distintas inmobiliarias, promotoras y webs especializadas, y un trabajo de campo por Bilbao, en estos momentos las promociones residenciales suman algo más de 1.300 viviendas de distinto tipo y condición.

Una fiebre constructora que supone un cambio de tendencia ya asentado con respecto a los años más duros de la crisis en los que ver grúas en Bilbao era un espectáculo inaudito por su escasez en el horizonte.

En concreto, las residencias nuevas que serán entregadas a sus propietarios el año recién estrenado suman 368 pisos, las que están ahora mismo en ejecución alcanzan las 380 viviendas y las que están en promoción y comenzarán la obra en 2017 son algo más de 530 propiedades.

Cifras que avalan la mejora del sector constructor y que demuestran que los bilbainos que quieren cambiar de residencia, y los foráneos que quieren instalarse en la capital vizcaina, son cada día más. El parque de vivienda nueva además viene avalado por el ímpetu promotor, tanto privado como público, los cuales están implicados en el crecimiento de la villa.

Un ejemplo es Jaureguizar, la promotora que más proyectos activos tiene en la capital vizcaina. Su director general, Miguel Salaberri, explica que “es la capital y concentra la mayor demanda de vivienda, y eso que no tiene demasiado suelo para desarrollar”. Aún así, Salaberri calcula que de las 4.000 viviendas nuevas que se construyen en la CAV de media cada año, la mitad lo son en Bizkaia y un millar en Bilbao.

De Jaureguizar son los primeros edificios residenciales que se van a construir bajo el paraguas del proyecto urbanístico de Zorrotzaurre en la zona del Canal de Deusto tras ganar el concurso abierto por Visesa, la sociedad pública del Gobierno vasco que promueve vivienda protegida.

En este primer trimestre del año arrancarán las obras de las 360 nuevas viviendas que se edificarán en régimen de cooperativa con precios de venta libre, tasada y de protección oficial. Casi todas están vendidas, según el responsable de la promotora. “Las 112 de VPO y las 117 viviendas tasadas ya tienen titular y más del 80% de las 131 de precio libre están reservadas”, indica Salaberri.

Jaureguizar impulsa así mismo el edificio Metroalde, uno de los proyectos estrella por su ubicación y diseño, además de contar con la peculiaridad de albergar en un mismo bloque viviendas de alto standing y un hotel de cuatro estrellas.

Otro bloque que tiene a punto de entregar se ubica en el solar de la antigua clínica del doctor San Sebastián en Deusto, un nuevo edificio para dar cobijo a 97 familias. También es responsabilidad suya la promoción Artazu Eder, 81 viviendas libres en régimen de cooperativa en la falda del Pagasarri y 16 chalets adosados que se están construyendo en la zona alta de Larraskitu.

Implicación de Visesa

Los adosados son un formato de vivienda poco habitual pero que tiene otro referente en la actualidad en Basurto. Es el grupo de 14 unifamiliares que Visesa está construyendo para albergar a las catorce familias que fueron desalojadas de sus casas en el colindante barrio de Santa Ana cuando se procedió a construir los nuevos accesos viarios por San Mamés.

Este proyecto es un compromiso adquirido por Visesa hace casi una década, pero la sociedad pública tiene una apuesta clara por Bilbao para dar cobertura a las personas con menos recursos que deseen adquirir o alquilar una vivienda. Ahora mismo desarrolla dos proyectos de altura.

El más importante es la construcción del primer rascacielos de la Operación Bolueta, la zona ribereña antaño cubierta por fundiciones y empresas y que en los próximos años se convertirá en un nuevo barrio de Bilbao.

Esta torre en construcción se elevará hasta las 28 plantas, alcanzará los 88 metros de altura y en su interior albergará 108 viviendas de protección oficial y 63 viviendas sociales. Un bloque que, además de destacar por su altura, será el edificio residencial más alto del mundo con el método Passivhaus, uno de los estándares más eficientes en consumo y ahorro energético.

Visesa también trabaja en el lanzamiento este año de otro rascacielos similar al lado del primero que albergará otras 190 viviendas con precio tasado, un mercado que no anda muy boyante tras el acercamiento del precio libre por motivo de la crisis económica.

De la misma forma, tiene previsto iniciar este año en Basurto, en los terrenos de la antigua fábrica Krugg, entre los barrios de Santa Ana y Santiago, otro bloque de viviendas de protección oficial para 78 familias que cerrarán el proyecto residencial en esta zona recuperada tras la mencionada construcción de los nuevos accesos viarios.

La crisis constructora pasada ha generado el surgimiento de las cooperativas como fórmula para seguir manteniendo el tirón en el sector. Los ejemplos ya finalizados y en desarrollo son múltiples en la villa. El más desacatado por su volumen es la cuarta torre del complejo residencial de Garellano cuyos cimientos se están horadando en estos momentos.

El Grupo Arrasate de gestión de cooperativas de viviendas, el primero en el Estado en la actualidad por número de promociones, es quien pilota este espectacular rascacielos que tiene ya vendidas las 152 viviendas que lo componen. Su director gerente, Peio Sologaistua, considera que “las cooperativas están siendo ya la fórmula de construcción mayoritaria. Los socios compradores comprueban que existe una gestión solvente, la cual, además, al eliminar la figura del promotor, permite conseguir unas viviendas que salen un 25% más baratas”.

El grupo Arrasate está volcado con Bilbao. En marzo entregará los nuevos cuatro edificios de Residencial Gareikin sitos en calle Luis Briñas donde morarán 72 familias, en breve empezará las obras del edificio Garallalde, en General Eguía, 47, cuyas 22 viviendas también han sido vendidas antes de meter las excavadoras, y en marzo comenzará con la restauración del bloque esquinero de la calle Arbieto, con 17 pisos, y del edificio de Ercilla, 15, que albergará seis viviendas de alto standing.

Estos dos últimos proyectos tienen una característica especial. Son bloques cuyas fachadas exteriores se van a respetar al estar protegidas urbanísticamente. La escasez de suelo residencial con la que cuenta Bilbao y la imposibilidad de crecer a lo ancho tras colmatarase casi todo su término municipal es un gran obstáculo para que la villa crezca. Por ello las promotoras y gestoras inmobiliarias no se arredran a la hora de meterse en las costosas inversiones que suponen el vaciado de un edificio respetado su perímetro e incluso partes estructurales interiores como es el caso del edificio indiano de la calle Arbieto. Peio Sologaistoa explica que “el proyecto es muy especial y complicado porque vamos a mantener la escalera interior, el ascensor original de hierro e incluso las baldosas del portal”.

Inversión elevada que implica precios elevados de venta, pero también tienen un demandante potencial ya que todos estos proyectos especiales se ubican en el centro de la ciudad, el que más tirón atesora para los compradores con posibles económicos. Un ejemplo, lo pone Miguel Salaberri al desvelar que “a nuestro edificio de Museoalde va a venir a vivir gente vecina ahora de Getxo que vuelve de nuevo a Bilbao”.

Otro ejemplo de rehabilitación interna, es el bello edificio que separa la calle Lutxana y la alameda de Urquijo. Ugaren Gestión Inmobiliaria lo ha comprado para generar en su interior 12 viviendas de alto standing cuyas obras tiene previsto iniciar el próximo mes de febrero.

Esta empresa también es la que ha levantado otro bloque residencial esquinero en el solar que quedó tras derribar al antigua sede de la eléctrica Iberdrola, entre Gardoqui y Astarloa. 48 viviendas también con un elevado coste por su centralidad y la calidad del edificio.

Más arregladas de precio están las promociones que se ubican fuera del Ensanche de la villa. Son las ofertas auspiciadas por otras empresas promotoras de menor peso pero que conforman una red que completan el escenario del sector constructor en la capital vizcaina.

Algunos ejemplos son la promoción bautizada como Zorroza Barria, los 39 pisos de venta libre que está levantando en este barrio la firma Altamira Inmuebles; el edificio Argia, erigido en frente de la entrada del Hospital de Basurto por Inmobiliaria Galarza y que acogerá en pocos meses a los primeros vecinos que ocuparán 66 moradas, y Elejabarri Residencial, las 71 propiedades que levanta la promotora Viviendas de Vizcaya, entre los barrios de Rekalde y Basurto, y que espera entregar a finales de este año o a lo sumo a principios del que viene.

Más verdes están otras manzanas como son el bloque que quiere ser la proa del barrio de Olabeaga con 40 viviendas que prevé construir Gescovi al principio del muelle Alfonso Churruca o el edificio sito en la intersección de las calles Autonomía y Manuel Allende, en la zona de La Casilla, donde se mudarán 20 familias en propiedades con precios de venta libre.

Y esta tendencia seguirá en los próximos años. Salaberri cree que hay futuro en el sector porque “la venta no es difícil siempre que se dé un precio digno y ajustado a la zona de la ciudad, ya que aquí sí hay demanda, no como en otros municipios vizcainos”. Zorrotzaurre y Bolueta son las dos grandes apuestas de crecimiento residencial en la villa a las que habrá que sumar pequeñas promociones de mayor o menor precio en función de su ubicación en la villa.