FUE tremenda aquella película, ¿lo recuerdan...? Sydney Pollack la tituló algo así como ¡Danzad, danzad, malditos! y narraba la dura vida de unos bailarines en la Gran Depresión estadounidense. La recompensa del concurso de baile eran 1.500 dólares de plata y encontrar, al menos, un sitio donde dormir y comer mientras no eran eliminados. He ahí la riqueza del baile frente a la pobreza de las miserias de la vida.
De todo ello me acordé ayer, cuando el grupo de música tradicional contemporánea Korrontzi sacó a la luz su proyecto, Korrontzi Benefic, en una vistosa gala celebrada en el Teatro Campos Elíseos, donde entraron en danza veinte grupos de la coreografía y la geografía vascas. Así, Diatonik Bilbon, Joxek Andreari, Meñakoz, Aupa Maurizia, Parfums de Musiques, Aitxitxe Mukurrundiko, Akerrak Adarrak Okerrak, Azpeitiko Fandangoa, Baratze, Bustuntzuri, Arkupeko Dantza, Portusalda, Urarte, Fandango, Sardos-K, Panderotxoa, Maltxeta, Belardi, Emaiogu Bostekoa y Ataungo Ardi Beltza (más de 300 bailarines, a grosso modo, desfilaron por escena...) interpretaron creativos bailes ideados por los más prestigiosos coreógrafos vascos, desde Jon Maya a Edu Muruamendiaraz, pasando por Igor Yebra, Izaskun Iturri o Eneko Gil, entre otros. Fue todo un espectáculo, cuya recaudación se destinó a la ONG Tdh- Gizakien Lurra Fundazioa, cuya labor se centra en ayudar a niños y niñas afectadas por diferentes enfermedades. Visto así, la expresión es otra. Danzad, danzad, benditos, dicho sea con permiso del viejo tío Sydney.
Dirigió el proyecto Agus Barandiaran, jaleado por la buena gente de Korrontzi. Desde Ander Hurtado de Saratxo a Kike Mora, pasando por Alberto Rodríguez, Cesar Ibarretxe o la profesora de danza del proyecto, Izaskun Iturri. A uno u otro lado del escenario sumaron sus esfuerzos Inmaculada Villarrubia, Janire Irazorta, Iker Izagirre, Leire Pérez, Ziortza Asolo, Iñaki Goirizelaia, quien ha comenzado la cuenta atrás de su vida académica, Udane Beaskoetxea y Beñat Urrutia, Arantza Arrutia, Olaia Fernández, Teresa Eguskiza, Nekane Mollá, Pilar Muriel, Mila e Isabel Berrizbeitia, María Eugenia Barturen, Izaro Etxebarria, Karmele Barturen, Begoña Ibarzabal e Iratxe Barturen, entre otra buena gente tocada por los dones del ritmo y la solidaridad.
Un gentío pobló el patio de butacas. Entre ellos se encontraban Izaskun Madariaga, Gloria Izagirre. Alberto Múgica, Gotzone Palacios, Karlos Etxebarria, Olatz Zulueta, Begoña Olmos, Arkaitz Ereñaga, Maite Hernández, José Luis García, Alberto Mugerza, Idoia Salvador, Ainhoa Escalza, Iñigo Urrutia, Mikel Bustinza, Carlos Urkijo, Dani Egia, Irune Pastor y todo un elenco del mejor reparto posible: el de la gente de bien.