Sopela - Infinitos y abruptos acantilados, arenales de ensueño, vestigios de la Guerra Civil... Sopela guarda innumerables atractivos naturales y culturales cuya existencia, en ocasiones, pasa desapercibida por culpa de su desconocimiento. Por eso, con el objetivo de dar a conocer y descubrir algunos tesoros históricos del municipio, el Ayuntamiento de Sopela, en colaboración con el servicio de Euskera de la Mancomunidad de Uribe Kosta, Labayru Ikastegia y con la ayuda de varios vecinos, ha impulsado un recorrido toponímico que, a través del estudio de sus nombres propios y su significado, permitirá ahondar en los lugares más especiales y su patrimonio.

En este sentido, la presentación de este recorrido toponímico tendrá lugar el próximo 1 de diciembre a partir de las 19.00 en la casa de cultura de Kurtzio.

Allí se mostrará el patrimonio geológico de los acantilados de Sopela, el patrimonio histórico que dejó la Guerra Civil, el patrimonio natural, etnográfico, toponímico, etc.

De este modo, según explica el Consistorio sopeloztarra, “el recorrido comenzará en la plaza del Ayuntamiento, continuará por los acantilados y los participantes volverán a pisar tierra tras visitar Ikatzaren plaia, Meñakoz y Atxabiribil”.

Asimismo, durante el recorrido también se mostrarán “los baserris de Larrabasterra, Urkomendi, la piedra de Fraidemendi, el cinturón de hierro que protegió el Gran Bilbao en la Guerra Civil, etc.”, apuntan.

Las personas interesadas en conocer en mayor profundidad la riqueza cultural que alberga la localidad tendrán que reservar antes su plaza puesto que serán limitadas.

Esta no es la primera vez que el Ayuntamiento de Sopela impulsa una serie de itinerarios para dar a conocer sus rincones más emblemáticos. En concreto, uno de los más recientes tuvo lugar el pasado 20 de octubre, cuando se llevó a cabo una ruta guiada denominada Tras las huellas de nuestros ancestros, en la que una treintena de personas recorrieron durante cuatro horas los montes de Munarrikolanda y conocieron cómo vivían sus habitantes hace 5.000 años, de la mano del profesor de la UPV/EHU Fernando Baceta. En aquella ocasión, la actividad estuvo enmarcada dentro las Jornadas del Patrimonio Europeo. - C. Zárate