Getxo - La terminal marítima que atenderá a los pasajeros de cruceros que atraquen en Getxo a partir del próximo año contará con otros usos diferentes mientras no estén atracados barcos en las nuevas instalaciones. Así lo aseguró ayer a DEIA el presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao (APB), Asier Atutxa, en la visita que giró junto a su equipo y el alcalde de Getxo, Imanol Landa, al edificio en construcción.
El propósito es que el edificio tenga actividad más allá de las jornadas en la que atracarán los cruceros de lujo para cuyos pasajeros se está construyendo este bello bloque de cristal y acero. Atutxa indicó que “más allá de los 50 o 55 días que recibamos cruceros, este edificio debe tener más recorrido”. Asentía con la cabeza a su lado, el primer edil de Getxo, ya que Landa está trabajando con la APB en este objetivo. El primer edil indicó a este periódico que “este es un equipamiento de gran oportunidad para el municipio y el Puerto de Bilbao está abierto a su utilización para maximizar su uso”.
De hecho, ambas instituciones ya están en conversaciones para firmar algún tipo de acuerdo que permita al municipio utilizar el interior de un edificio que destaca por su estética, unas vistas envidiables a través de sus fachadas transparentes de vidrio y una ubicación alejada de cualquier zona residencial.
La idea que trabaja la APB es en ofrecer el espacio interior para la celebración de eventos privados o públicos en un régimen de alquiler cuyos precios están por determinar.
Luis Gabiola Mendieta, director de Operaciones, Comercial y Logística de la APB, indica que “los ingresos económicos que se puedan tener no van a ser significativos para el Puerto pero sí va a permitir una rotación de usos muy interesante”.
Sin duda, habrá que determinar qué zonas se podrán utilizar, ya que habrá algunos áreas de aduanas y control que serán inaccesibles, pero las dos grandes superficies existentes, en la planta baja y superior, y su conexión mediante escaleras mecánicas y ascensores ofrecen un escenario atractivo para muchas actividades. A ello hay que añadir que no habrá problemas para el estacionamiento de vehículos. Alrededor del edificio, en la gran explanada creada con la construcción del muelle, se van a habilitar en dos zonas separadas más de 300 plazas de estacionamiento, cuarenta de ellas destinadas a autobuses.
Un gran contenedor La visita realizada ayer a la terminal permitió observar cómo el edificio está concluido y los operarios se afanaban en culminar las instalaciones de climatización, eléctricas y de pintura. Hace unos días concluyó la cubierta de zinc y ya está finalizada la colocación del muro cortina de vidrio en todo el perímetro, llegándose al ecuador de los trabajos.
Carlos Alzaga, director de la APB, hizo las veces de cicerone recorriendo el gran contenedor acristalado primero como si de unos cruceristas recién desembarcados se tratara, y después, como turistas que iban a abordar el barco horas después. Dos flujos de usuarios que en ningún momento se mezclan como si de una terminal aérea se tratara, ya que su uso es prácticamente idéntico.
Alzaga indicó que es un edificio “permeable” con fachadas de vidrio que hace que los pasajeros que lleguen el puerto vean el entorno del municipio de Getxo y Punta Galea “casi como una postal”. Sus medidas son noventa metros de longitud, treinta de ancho y 16 de altura.
En la zona pegada al muelle una pasarela exterior fija de 170 metros de longitud recibirá o despedirá a los pasajeros que conectarán con el barco con una gangway o pasarela móvil, la cual está en construcción y costará un millón de euros.
En la planta baja del edificio estará el vestíbulo y el mostrador de información turística; en la entreplanta se encontrará la sala VIP y las oficinas; y en la primera planta se habilitará la zona de espera, zona de control de pasajeros de embarque y zona de desembarque.