Balmaseda homenajea a dos triatletas de medalla

Balmaseda - Tras un debut por todo lo alto en las competiciones de ultra fondo hace dos años en Canarias, lo han vuelto a conseguir. Mikel de la Fuente e Iñigo Ramos fueron recibidos en Balmaseda a su regreso de Gales con una gran fiesta, como lo merecía la gesta que acababan de lograr: terminar la durísima prueba Ultraman, que consiste en diez kilómetros a nado en un lago, 420 en bicicleta y, por si fuera poco, 84 kilómetros corriendo para rematar en la tercera y última jornada. Y lo hicieron con marcas de sobresaliente que les valieron el segundo y tercer puesto respectivamente.

No todo el mundo se atreve con un reto de semejante magnitud, “Tres de los diez participantes inscritos que nos desplazamos allí se retiraron antes de empezar”, cuentan. Pero ellos no se arredraron. Además, no querían defraudar a los amigos que les acompañaron en la aventura. Y “como un equipo” a pesar de que la clasificación es individual, se lanzaron a por todas en “una de las cuatro pruebas Ultraman que se organizan alrededor del mundo”. El primer día vencieron al agua helada para nadar diez kilómetros a través de un lago y después recorrieron 165 kilómetros en bicicleta. Sin margen de tiempo para recuperarse, la jornada siguiente les aguardaban 270 kilómetros más en bici y el tercer día se despidieron con una doble maratón: 84 kilómetros corriendo. Cruzaron la línea de meta con los mejores, superando las expectativas con las que acudieron.

Entrenamientos Y es que ellos mismos se programaron los entrenamientos en Enkarterri mientras se preparaban para la gran cita. Después de estrenarse en Canarias en el calendario de las carreras de resistencia se prometieron que sería su primera y última experiencia. Sin embargo, no pudieron resistirse a elevar el listón de exigencia, también en los preparativos, “un punto más” cuando oyeron hablar de la competición británica vía.

Llegaron a pensar que no lo conseguirían, cuando se acercaron a lo que les esperaba en las islas. “Estábamos acostumbrados a pruebas que concentran todas las disciplinas en un solo día”, cuentan refiriéndose a las sesiones que les dejaron “agotados después de recorrer media Bizkaia y era solo el 60% del recorrido que cubriríamos en Gales”, recuerdan. Para el apartado de natación utilizaron la piscina exterior del polideportivo de Balmaseda.

Al menos esta vez pudieron prepararse juntos, porque hace dos años Iñigo residía en Suiza por su trabajo y casi no se vieron antes de viajar a Canarias. “Fue un poco como entrenar a ciegas”, rememora. Salieron más que airosos entonces y ahora y eso que “éramos los únicos participantes que no habíamos examinado el recorrido”. “Nunca olvidaremos el momento de cruza la línea de meta con toda la gente de Balmaseda que había ido a animarnos. Para mí fue el día más feliz de mi vida”, valora Iñigo.

Regreso agridulce Y del día más feliz pasó a uno de los más tristes en cuestión de 24 horas. Durante el viaje de vuelta, aún en Inglaterra, les robaron el equipaje en un aparcamiento. “Nos rompieron las lunas del coche y se llevaron todo”, relata. El espectacular recibimiento que les brindaron sus amigos en Balmaseda minimizó el disgusto. “La verdad es que se nos quitaron todos los males. El dinero va y viene”, reflexiona Iñigo. Vestidos con camisetas en las que se declaran ultra orgullosos de los campeones desplegaron incluso una pancarta en reconocimiento a la hazaña. “Mikel se escondió detrás de un contenedor de la vergüenza que le dio”, recuerda divertido.

¿Y ahora qué? De momento quieren descansar para recuperarse por completo del gran esfuerzo realizado: nada más y nada menos que 514 kilómetros concentrados en tres días. Repiten que “hasta aquí hemos llegado y hemos tocado techo”, más cuando echan la vista atrás. No obstante, ya aseguraron lo mismo nada más volver de su primera prueba de fuego en Canarias y “tan solo cuatro meses más tarde ya estábamos otra vez entrenando para ir a Gales”. ¿Cuál será su próximo desafío?