“La mayor dificultad es nuestro miedo, porque los problemas diarios de los discapacitados son como los de los demás”
Maite Fernández es la directora de Tiempo Libre de Gorabide, con la que este verano viajan 460 usuarios, en la compañía de 150 personas voluntarias
Bilbao - Maite Fernández lleva años trabajando para la asociación destinada a dar apoyo a las personas con discapacidad intelectual Gorabide, y no cesa en la labor de organizar las salidas para que todos en igualdad puedan disfrutar del periodo estival. Este año organiza veinte salidas con grupos reducidos de entre tres y cuatro personas.
¿Realmente lleva tanto tiempo preparar los campamentos?
-Se necesita mucho tiempo, sí. Entre la preparación de los destinos, la gestión de solicitudes de usuarios, la formación de los voluntarios, y las encuestas de satisfacción, solo nos queda libre el mes de octubre, y claro, al mismo tiempo durante el año también organizamos salidas.
¿Suelen adaptar los grupos dependiendo de las necesidades?
-Así es, dependiendo del nivel de dependencia acuden más voluntarios o menos en cada turno; pero los usuarios, por lo general, son gente mayor con bastante independencia. Por otra parte, aunque se trate de quincenas, también organizados turnos de siete días para aquellos a quienes el ritmo de las dos semanas les resulte demasiado cansado.
Comentaba que realizan encuestas. ¿Qué suelen reflejar?
-Que el 99% de los usuarios y familiares están encantados. De hecho suelen repetir año tras año. Además, cabe destacar que lo que mejor suelen valorar los padres es la labor del voluntariado.
¿Qué cree que los hace tan exitosos?
-Que se lo pasan muy bien con sus amigos y disfrutan de un montón de actividades típicas del verano como ir a la playa, darse baños o pasear. Además, también solemos repetir los voluntarios, así que se sienten muy cómodos con ellos.
¿Qué más han podido observar en los participantes?
-Que siempre intentan superar sus límites. Tienen un gran compañerismo, y suelen intentar ayudar a los compañeros que tengan más dificultades para vestirse o para lo que necesiten.
¿Suele costarles marchar de casa?
--Solamente hemos visto en niños pequeños que lo pasen mal y se echen a llorar, pero la mayoría son mayores y van porque quieren. Este año de los 460 que marchan solamente quince son niños.
Y lo voluntarios, ¿cómo viven la experiencia?
-Los voluntarios son gente que quiere ayudar a otra gente. Los campamentos sirven para aportarles experiencia vital y valores. Aprender a valorar más lo que tienen y a ver los problemas con una perspectiva diferente.
Las mayores dificultades con las que se suelen encontrar...
-La mayor dificultad es nuestro miedo, porque los problemas diarios de los discapacitados son como los de los demás. Solo por probabilidad, siempre hay alguno que se pone malo, porque, al igual que en cualquier otro campamento, los niños también se ponen malos.
Y por parte de las familias, ¿suele haber alguna traba?
-Nunca nos has pasado. Jamás hemos visto que se echaran atrás por falta de confianza. Normalmente ven lo bien que se lo pasan y eso les hace estar tranquilos. Además, también es un momento de descanso para ellos.