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La Tala de Bermeo se llena de pinturas sobre la historia de la caza de ballenas

Diez imágenes y otros tantos textos contarán la antigua tradición ballenera de la localidad en las paredes de este espacio

La Tala de Bermeo se llena de pinturas sobre la historia de la caza de ballenasA. Erdaide

Bermeo - La caza de ballenas fue uno de las empresas más productivas de muchas localidades de la costa vasca a lo largo de la historia. Pero poco a poco los ejemplares fueron escaseando, hasta que en el siglo XVII, su caza prácticamente desapareció de los puertos. Para tener un recuerdo de aquellas épocas y de paso ilustrar sus muros, Bermeo está decorando la Tala con un conjunto de veinte murales sobre la historia de los balleneros locales.

“La pared son 420 metros cuadrados que están divididos en veinte paños que tienen 4,5 x 4,5 metros cada uno, más o menos, y en la mitad hemos hecho imágenes que muestran la tradición ballenera de Bermeo”, relata Luis Olaso, que junto a Óscar Martín son los encargados de decorar los muros. De izquierda a derecha, tras el escudo del municipio, la primera imagen que se puede contemplar representa el avistamiento del animal desde la propia Tala, para después ir desarrollando la secuencia en la que aparecen el acto de la caza, los materiales que usaban, o las mujeres que trabajaban en el puerto.

“Hemos querido que la Tala sea el hilo conductor del mural, ya que la propia ubicación del lugar inicia la temática a desarrollar”, según cuenta Olaso. La idea de pintar las paredes de la Tala surgió en la colaboración entre el Ayuntamiento de Bermeo y la empresa Arte y Muralismo, encargada de crear murales a gran escala. “Les enseñamos los murales que habíamos hecho anteriormente y las soluciones que creíamos que se podían aplicar en el lugar. Nos contaron que tenían el proyecto de pintar en la Tala y a ver que se nos ocurría; querían algo que aparte de quedar bonito, contase una historia del pueblo”. Tras pensar en distintas posibilidades, se les ocurrió contar la historia de la tradición ballenera que hubo en el municipio.

Llevan con la obra tres semanas y calculan que les queda otra semana para poder terminarla. “Esta siendo una obra especialmente compleja, porque no es solo un mural, sino que son diez , más los textos y toda la complicación que tienen”. Cada mural suele ser un mundo y cada uno tiene su dificultad. En este caso, han tenido que hacer frente a que no tuvieran fotografías que ilustrasen los motivos que están dibujando, ya que son escenas del siglo XII y XIII. Por ello se han basado en antiguos grabados que suelen estar realizados con un código pictórico de línea y tramado, lo que dificulta el trabajo, ya que no se pueden pasar directamente a la pared. Como solución han tenido que introducir un código pictórico de manchas de planos de pintura. Además, muchos de los grabados eran relativamente torpes, por lo que han interpretado ciertos detalles e inventado otros. “Había algún grabado en el que no se notaba que era Bermeo, por ejemplo, y le hemos tenido que colocar la isla de Izaro en la imagen. Sacamos una foto y lo homogeneizamos todo para ponerlo en el mismo discurso pictórico, por decirlo de alguna manera” explica uno de los autores.

Otra de las dificultades a las que han tenido que hacer frente ha sido el soporte con el que están trabajando, ya que es un ladrillo visto con hendiduras, “que dan bastante guerra”, destacan. Y por si todo esto fuera poco, las imágenes que obtuvieron eran de un tamaño reducido, con el trabajo que conlleva más tarde pasarlos a un mural grande.

Blanco y negro Las obras son en blanco y negro para preservar una esencia de antigüedad, ya que la historia que cuentan es de hace 800 años. Por otra parte, los referentes que se guardan son todos en grabados o ilustraciones. “Queríamos preservar el toque de que estamos contando una historia antigua; por ello, el blanco y negro da un aire nostálgico muy adecuado para la ocasión”.

En cada obra que firman, los artistas son conscientes de que deben superar ciertas dificultades, ya que no usan lienzos para sus creaciones. A la hora de empezar a trabajar lo primero que hacen es un dibujo sobre la propia pared basándose en un boceto con una pequeña cuadrícula. Luego empiezan a dibujar con pincel y posteriormente lo rellenan. “A la hora de dibujar en paredes intentas adaptarte a lo que tienes. Hay veces en los que las formas o los desperfectos de la pared te ayudan como para poder crear un entrante o generar una serie de texturas y en otras te perjudican”. En este caso el ladrillo no ha sido de gran ayuda para Luis Olaso y Óscar Martín.

Para los dos dibujantes el arte actual “está muy enfocado a la persona entendida, en un mundo estanco, que no atrae a la gente de fuera a acercarse”. Para hacer frente a esa situación iniciaron su andadura de arte urbano y viendo las criticas que están recibiendo cada día de trabajo, todo indica que el resultado final será del agrado de los bermeotarras.

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