El coro Euskeria de la Sociedad Coral de Bilbao abrió el melón del Bilbao BBK Live
EL hombre sordo a la voz de la música es un bárbaro dijo una voz clásica, reforzada con la intuición de Victor Hugo, quien supo ver, desde su sensibilidad, que la música expresa aquello que no puede decirse con palabras pero no puede permanecer en silencio. Esa sensación flotaba ayer en la atmósfera del Teatro Campos Elíseos, donde el coro Euskeria de la Sociedad Coral de Bilbao que dirige Urko Sangroniz descorchó el vino joven de las voces en flor de la Coral. No en vano, Euskeria es una formación juvenil que ya gasta cierta edad. 31 años, para ser exactos.
El recital tuvo su porqué: abrir el melón del Bilbao BBK Live con el afilado cuchillo de una voces atrevidas, que lo mismo se detienen en el Renacimiento que graban un disco compacto de música pop. Buena prueba de su flexibilidad -casi de contorsionista, diría uno...- fue oírles ayer lo mismo el Enter sandman, de Metallica, que Enjoy the silence, de Depeche Mode, o Wake up y Afterlife, de Arcade Fire, sin olvidar Lisztomania, de Phoenix; Bigger than us, de White Lies; Tutti frutti, de New Order; My number, de Foalsn o An end has a start, de Editors, entre otras piezas,todas ellas servidas en escena con los arreglos y adaptaciones de José Luis Canal, teclado de la K-Band, junto al guitarra Raúl Vera, el bajo Robert Caballero y el batería Blas Fernández. El espectáculo, ya digo, resultó glorioso, una refrescante macedonia de músicas y voces para el verano.
rock en los coros Las voces del coro se fundieron en la plomada del rock, puro acero corten. ¿Acaso es esa una comunión a contraestilo...? La mejor justificación que uno encuentra para explicarlo se apoya en aquella vieja sentencia de Kurt Cobain, no tanto por el espíritu rebelde de la frase como por la filosofía que conlleva. “Ellos se ríen de mí por ser diferente, yo me río de todos por ser iguales”, dijo el que fuera líder de Nirvana. Esa es la magia: ser diferente.
Ante semejante diferencia desfilaron por el teatro Cecilio Gerrikabeitia, Teresa Querejazu, Mari Carmen Martínez, Koldo Narbaiza, Celina Pereda, Iñigo Alberdi, gerente de la Sociedad Coral; Aritz González, Enrique Azurza, director artístico de la Sociedad Coral de Bilbao; Ramón Muro, Elena Díez, Eros Coma, Miren Gamboa, Magdalena Díaz; profesoras de la Sociedad Coral como Idoia Gerrikabeitia, Begoña Bermejo, Emma López o Maite Olmos, entre otras; miembros de la Asociación ROCE (no se asusten mucho ni se entusiasmen demasiado: Red de Organizaciones de Centros Educativos...) como Eli Arabaolaza, Mikel Cañada o Belén Otxotorena; voces como las de June Barrenetxea,. Xabier Méndez, Ibone Gómez, Niko Mendizabal o Nerea Ortiz;Óscar Sánchez, Javier Madariaga, Saioa Satrustegi, Iñaki Garay, Zigor Muguruza, Aitor Zabala, Izaskun Muñoz, Miren Odriozola, María José Hernández, Juan Carlos Idigoras, Idoia Martínez, Miren Elorriaga, Aintzane Elosegi, Ane Mendizabal, Andoni Zarate, Mikel Urrutia y así hasta poblar medio patio de butacas largo en pleno mes de julio. Toda una proeza.