Zamudio - Fue su amatxu la que le metió en el corazón y en el torrente sanguíneo su amor incondicional por la música. “Cuando mi madre era niña, el cura del pueblo enseñaba música y solfeo y ella acudía a esas clases”, explica Iratxe. Así que posteriormente transmitió los conocimientos adquiridos a su hija, que se aferró al ritmo y al pentagrama con una pasión tal que actualmente son cimiento y piedra angular de su día a día. “No sé cómo sería mi vida sin música...”, asegura esta zamudiotarra.

Iratxe Gezuraga es la directora de Zamudioko Kamara Korala, agrupación musical que ella fundó en 1987, hace 29 años. Es una formación coral de voces blancas compuesta por diez chicas de Txorierri y que está involucrada en la vida social y cultural de la localidad. Este coro ha llevado sus melodías a diversos lugares de la geografía vasca y fuera de las fronteras de Euskal Herria: Astorga, Oviedo, Salzburgo, Logroño, Barcelona, Lyon, Tarrasa, Madrid, Gran Canaria... Este año la agrupación ha dado un paso más, ya que Iratxe ha creado un coro infantil compuesto por nueve voces que apuntalan la cantera de Zamudioko Kamara Korala.

Iratxe siempre ha respirado música. “En casa siempre se ha cantado en las celebraciones familiares. Y recuerdo que íbamos cantando con aita en el coche”, narra. Su ama le enseñó música e Iratxe siguió adelante con su formación, de modo que ya a los 16 años empezó a impartir en Zamudio clases particulares de txistu, órgano, piano, solfeo y canto. También en aquellas épocas comenzó como organista en la iglesia de San Martín de la localidad.

Iratxe tiene una amplia formación musical, dentro de la que podrían destacarse sus carreras superiores de Piano y de Solfeo. Es también titulada en Magisterio y se formó como directora musical coral.

El germen de Zamudioko Kamara Korala hay que buscarlo en el 86, cuando Iratxe sintió la necesidad de recuperar en Zamudio una tradición que se había ido diluyendo: la de cantar por los caseríos en Nochebuena en torno a Olentzero. Así que animó a sus alumnos y colocó carteles por el pueblo para hacer un llamamiento a los vecinos. La convocatoria fue un éxito y muchos se animaron a recorrer los baserris y calles de la localidad aquella Nochebuena. “En aquellos tiempos nosotros mismos elaborábamos el muñeco de Olentzero que luego se quemaba en la plaza, algo que ahora ya no se hace”, explica. Hoy día ha cambiado el formato de esta tradición, pero Zamudioko Kamara Korala sigue saliendo a cantar el 24 de diciembre y esta costumbre está consolidada en el pueblo.

Nacimiento La cuestión es que los chavales que tomaron parte en aquella kalejira de la Nochebuena del 86 disfrutaron del canto y de la experiencia, de manera que a rebufo de aquella iniciativa, en 1987 Iratxe constituyó Zamudioko Kamara Korala con una veintena de niños y niñas. Con los años este coro ha pasado a ser una formación de voces blancas compuesta por mujeres del valle. Algunas de ellas forman parte de sus filas desde los inicios. “Esa continuidad es importante para mantener la calidad vocal”, señala Iratxe. “Hay muy buen ambiente entre nosotras”, afirma.

Su repertorio es ecléctico: pop, canciones religiosas, folklore vasco, bandas sonoras... Y a lo largo del año son muchas las citas que tienen marcadas en su calendario, como el concierto de fiestas de San Martín, el de Navidad, la Quincena Coral de Begoña, los Conciertos de Primavera... Ahora, miran a su 30 aniversario que será en 2017 y que quieren celebrar con algo especial.

“La música me hace sentir bien, me aporta mucho, me da serenidad”, concluye Iratxe.