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Gorka Mayor, viajero por el ayer de Plentzia

Es historiador, trabaja en la biblioteca municipal y ha escrito acerca del arte y el pasado del pueblo Colabora con PTB, la televisión local, en la elaboración de programas sobre la evolución de la villa

Gorka Mayor, viajero por el ayer de Plentzia

Plentzia - Si Gorka tuviera una máquina del tiempo, tendría claro qué botón pulsar: aquel que le transportara al Plentzia del siglo XVIII, cuando el astillero hacía honor a su nombre y en su seno se construían navíos repletos de promesas de travesía, aventura y alta mar. “Me habría gustado ver la botadura de alguno de aquellos grandes barcos”, asegura con una sonrisa que le colma los ojos pequeños y expresivos. Y, a falta de un artilugio del tiempo, este plentziarra se las arregla para viajar a épocas pretéritas a través de los documentos y legajos que dan cuenta de lo acontecido en el pasado en esta villa que mira al mar. “Me gusta investigar. Andar entre papeles viejos”, señala. Gorka Mayor es un hombre pegado al devenir del pueblo que le vio nacer, a los adoquines vetustos de su casco antiguo y al salitre que ha marcado y marca la idiosincrasia de la localidad. Lleva en torno a dos décadas trabajando en la biblioteca de Plentzia. Conoce a todo el mundo. Todos le conocen a él. Es lo que tiene ser del pueblo “de toda la vida” y currar de cara al público en un servicio municipal. Y es historiador del arte, así que compagina su labor en la liburutegi con esa pasión que es la de bucear en el pasado y el desarrollo de su localidad. “Es una cuestión de amor al pueblo, de interés por el sitio donde vives”, explica.

Su curiosidad por la historia de Plentzia le ha llevado a escribir diversas publicaciones en torno a esta temática. Y también colabora con Plen-tzia Telebista en los documentales que la televisión local produce sobre el ayer y la evolución de la villa. Así pues, Gorka es viajero y cronista del pasado de este bello pueblo de Uribe-Kosta.

Es casi una fórmula indiscutible: quien ha nacido y crecido al arrullo del último tramo del río Butroi, ha disfrutado de una infancia ligada al agua, a las tardes en la canal, y vigilando los verigüetos junto al viejo puente, el predecesor del níveo arco actual. Las calles añejas y con encanto del casco viejo fueron otro de los escenarios de niñez de Gorka. Y lo siguen siendo.

Son diversas las publicaciones que este historiador ha lanzado, entre ellas varias relativas a su pueblo, como la titulada Plentzia en el arte, publicada por la BBK y en la que Gorka repasa cómo pintores y escultores han plasmado la villa en sus obras. O una guía que elaboró para la Diputación de Bizkaia en la que hacía un recorrido por el urbanismo y la arquitectura de la localidad. También participó en las publicaciones que lanzó el Ayuntamiento de Plentzia en los años 90 sobre la historia medieval de la villa y en la que tomaron parte varios autores. Y han sido habituales sus reportajes sobre episodios del pasado del pueblo que se incluían en el programa de fiestas.

en la tele Gorka también se anima a ponerse ante la cámara y colabora con Plentzia Telebista, la televisión local, en la elaboración de documentales sobre la historia de este enclave costero. Así, han grabado programas sobre la muralla y los molinos del pueblo, sobre los puentes que cruzaban el Butroi y sobre la evolución de la ría. El último de los documentales que han realizado sitúa al espectador en la vecina Gorliz y repasa el devenir del tramo de costa que transcurre en torno al barrio de Fano.

No es difícil engancharse a esta villa abrazada por un meandro y que forma parte de una de las bahías más bellas del Cantábrico. Gorka mira hacia atrás y se queda con aquel astillero que generaba tres o cuatro navíos al año, con este pueblo que ha dado innumerables hombres de mar, y cuyo presente sigue pegado a las mareas y a su ría potente. Pero sobre lo que hoy suceda, hablarán los historiadores de mañana.