FUE una mujer, Eleanor Roosevelt, quien pensó a lo grande. El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños, dijo. La frase tiene su trasfondo: el porvenir es una ganancia más importante, si cabe, que un par de puntos en las gráficas o un pedido para los próximos tres meses. El riesgo, pareja de baile de la gente emprendedora, es algo intrínseco al universo empresarial, vista falda o pantalón, que tanto da. Por ello es de aplaudir la decisión de la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia (AED) que preside Cristina Pérez Toledo de señalar con el dedo a las mejores, un hermoso vicio más allá de lo que digan las normas de la buena educación. Hay que identificar a quienes sueñan para bien. Y hacen realidad sus sueños, claro.
“Lo imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes”, decía Napoleón para alentar a los suyos. Y para creerse invencible, supongo. Por lo visto y oído ayer en el hotel Carlton, donde se celebró la ceremonia de entrega de los premios, los imposibles quedan para pasado mañana, si es que llegan.
Venga, vamos a decirlo ya. Las elegidas para la gloria de ayer tarde fueron Matilde Elexpuru, directora general de Tisa; Nerea leal y Mónica Rodríguez, socias de Dynakin; Inés Núñez de la Parte, directiva de Ingeteam, y la empresa Fuchosa, embarcada en estrategias de igualdad y conciliación. La firma acudió con la representación de Marta Ratón y Daniel Mikota. Un aplauso para todas ellas.
entre iguales En cuanto se concede a la mujer la igualdad con el hombre se vuelve superior a él, dijo Margaret Thatcher. No sé si hablaba con el corazón o con sus razones, pero lo más justo es pensar que el género no es el que marca la diferencia. Así, lo correcto tal vez sea decir que la tarde discurrió entre iguales con la presencia del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; la televisiva Ana Urrutia; María Caballero, Olga Elgar, Isabel Iturbe y Begoña Murgialdai, directivas de AED; Imanol Pradales, Fran Aspiazu, Arantza Tapia, consejera del Gobierno vasco; Berta Longas, Txema Villate, Miguel Ángel Lujua, embajador plenipotenciario de IMQ; Rut García Cuesta, Eva Fernández Cobo y María Muñoz, que llegaron desde Cantabria para la cita; Virginia Gómez, Merche Fernández Trigo, Ibone Bengoetxea, Amaia Salvador, Josu Erkoreka, portavoz del Gobierno vasco; Marta Fernández Rivera, Itxaso Atutxa, presidenta del BBB; la viceconsejera Itziar Epalza y así toda una legión de asistentes a una noche electrificada por las corrientes de la emoción.
Ese mismo calambre experimentaron, entre otros, Xabier Jon Davalillo, Piru Azua; Peio Ugalde y Joserra Taranco, dos de los grandes de Laboral Kutxa; María Jesús Real, Carlota Martínez, Susana Mattheus, Carlos Castellanos, Ana Vidaurrazaga, Julia Diéguez, Berta Longas, Aitor Cobanera, José Ángel Corres, Begoña Urtxaga, Juan Elejalde, Cristina Palacios, María Alonso y así toda una legión de hombres y mujeres que disfrutaron del encuentro. Fuera, la ciudad bramaba junto a las leonas rojiblancas. Bilbao no fue botxo sino villa. Femenina.