Sopela - El derribo de las terrazas de los bares de la playa de Sopela El Sitio, Sunset, Thai y Bocatería, situados en la avenida Atxabiribil número 71, junto a la bajada a la playa de El Peñón, el pasado martes por requerimiento judicial al Ayuntamiento de la localidad, y después de años de batalla legal entre el propietario de los establecimientos y vecinos de la zona, ha puesto de manifiesto corrientes de opinión encontradas.
Por un lado, hay usuarios que han censurado esta decisión judicial abogando por la necesidad de ofrecer servicios de ocio y dinamización en el municipio, entre los que estaría el servicio de terraza que ofrecían estos establecimientos. Cabe recordar que el entorno natural privilegiado de la playa Arrietara-Atxabiribil le han convertido en un punto de referencia turístico tanto a nivel vizcaino como estatal. Es decir, un lugar de peregrinación cuando hace buen tiempo para disfrutar junto a la costa y el mar.
Sin embargo, también hay quienes comprenden las reivindicaciones que los vecinos de la zona llevan realizando desde hace quince años. Complicaciones a la hora de entrar a sus domicilios, usurpaciones de terrenos y ruidos derivados del ocio nocturno y otras diversas molestias son algunos de los argumentos que esgrimen los vecinos a la hora de justificar las correspondientes denuncias que han interpuesto y que han terminado concluyendo en el derribo de las terrazas y la reposición del terreno a su estado original por parte de una excavadora contratada por los servicios municipales.
Tras esta resolución, actualmente existen dos locales con servicio de terraza en los accesos a la playa de El Peñón -Hotel Goizalde y El Peñón- y otros dos en la de los accesos a Barinatxe y Arrietara por Larrabasterra -Indian y La Triangu-. En este sentido, el establecimiento hostelero más próximo a la playa, El Peñón, que cuenta con una de las terrazas más imponentes por su privilegiada ubicación de toda la zona norte, es un local con solera que data de 1952 y que fue reinagurado en junio de 1998 por Aitor Arketa, socio mayoritario, entre otros. Sin embargo, aunque aún no valora la influencia que pueda tener en su negocio el cierre de las terrazas de los locales situados a escasos metros del suyo, Arketa sí lamenta los sucesivos cambios infraestructurales que se han venido produciendo en la zona y que han afectado, a su juicio, negativamente a su negocio. “En la anterior legislatura se realizó un bidegorri por toda la bajada de la avenida Atxabiribil que supuso la eliminación de unas 40 plazas de aparcamiento. Todo esto unido a la remodelación años atrás del parking nos ha ido matando. Por aquel entonces tuvimos que estar seis meses cerrados por las obras y casi acaban con nosotros. Deberían darse cuenta que la playa de Sopela es de los vizcainos y que todos no viven en Sopela, por lo que tienen que ir en coche y no hay espacio donde aparcar. La playa es un servicio público y parece que quieren impedir la llegada de gente”, lamenta en contraposición con otros establecimientos de la zona que “tienen más espacios de aparcamiento” en referencia a los ubicados en la avenida Arrietara -Indian y La Triangu-.
Sobre esta línea, Arketa se muestra cauto ante la actual situación del ocio y servicio de hostelería en la zona y señala que ahora están “aguantando” pero que ya no se trata de “un negocio muy próspero” como lo fue en su día. “Éramos una referencia en Euskadi y en la zona norte, ofrecíamos eventos importantes. Ahora hemos hecho una gran apuesta por la restauración y el ocio nocturno lo hemos abandonado”, explica al tiempo que valora “la buena predisposición” del actual equipo de gobierno “por promover el turismo en la zona”.
Anterior derribo El reciente derribo de las terrazas de los bares de la playa no es la primera intervención de este tipo que se realiza en la zona. En marzo de 2007, el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, demolió el edificio que albergaba una serie de establecimientos hosteleros situados en primera línea de playa. En aquella ocasión, el Consistorio sopeloztarra había alertado sobre el estado de deterioro del edificio debido al abandono de la actividad de diferentes negocios. De este modo, se procedió a la recuperación de la ladera sobre la que se sustentaba el edificio y se amplió el paseo marítimo. Una importante ejecución que aumentó alrededor de 400 metros cuadrados el arenal.