SONDIKA? Intenta hacer unasuma rápida pero es incapazde calcular la cantidad dechavales a los que ha enseñadoa nadar a lo largo detodo este tiempo. Muchos.Muchísimos. Y es que ImanolOlabarrieta lleva la friolerade 24 años trabajandocomo monitor de nataciónen las piscinas del polideportivomunicipal Gorondaganede Sondika.
Muchas brazadas, muchoslargos y muchos inevitablestragos de agua han dadomultitud de alumnos quehan pasado por las clases deImanol a lo largo de estetiempo para iniciarse en estadisciplina deportiva que primeroasusta ?es lo que tieneel líquido elemento? y luegoengancha. Numerosos adultoshan aprendido a nadarsiguiendo las indicaciones deImanol, pero sobre todo chiquillosde todas las edades.
De Sondika, por supuesto,son la mayoría, pero tambiénde otras partes del valle.Y es que hay que tener encuenta que a Sondika acudenchavales de centrosescolares de localidades deTxorierri que carecen de piscinas.Así, a lo largo de estosaños, niños y niñas de Lezamao Larrabetzu han aprendidolos secretos de la nataciónde la mano de Imanol.
“Me gusta mucho mi trabajo”,asegura. “Es una suerteque llegue el lunes y sepasque vas a ir a trabajar en algoque te gusta”, añade. “Es unasatisfacción ver que los niñospasan de tenerle miedo alagua a disfrutar nadando. Meencanta ver su sonrisa cuandocomprueban que avanzan”,explica. Y también conuna sonrisa narra la recompensaque supone que loschiquillos a los que da clasele reconozcan en la calle y lesaluden entusiasmados.
Ahora, además, desde hace tres años imparte clases degimnasia a mayores de Sondikaque quieren mantenerseen forma. Unas veinte personas,la mayoría mujeres,asisten a estas sesiones.
“Estoy contento. Se esfuerzany trabajan mogollón: hacemosejercicios aeróbicos,estiramientos, baile...”, narra.Imanol es de San Miguel deBasauri. Se estableció enSondika hace ya 27 años.Siempre ha sido deportista.
Inicialmente practicaba el atletismo pero comenzó conla natación por prescripciónde su traumatólogo. Cuandollegó a Txorierri, Imanol trabajabaen el negocio familiar,una granja ubicada en elbarrio basauritarra de Luzarre.Un día, paseando porSondika, vio que habíancomenzando unas obras y seenteró de que estaban construyendoel futuro polideportivo.
Tenía el título de monitorde natación y de socorrismoacuático, y optó a las plazasque salieron en el nuevo polideportivosondikatarra. Lecogieron, así que Imanolcomenzó a trabajar en estaspiscinas en 1992, cuandoestas iniciaron su actividad.Al principio compaginaba sulabor en Sondika con sutarea en la granja, pero finalmentese centró en el trabajode monitor.
Recuerda perfectamente alos primeros grupos a los quedio clase, y no tiene para olvidarque en su segundo día detrabajo le avisaron de que enlos vestuarios había un hombreque se encontraba muymal. Corrió a auxiliarle.
Resultó ser un ataque deasma que se solucionó conoxígeno. El hombre se repusoy a Imanol se le ha quedadograbado aquel susto nadamás comenzar en el puesto.Pero sobre todo atesorabuenos momentos. Los niñosy niñas le han regalado milanécdotas; niños y niñas quecrecen y hoy son adultos yllevan la impronta de haberdado sus primeras brazadascon Imanol, al igual que loschavales de hoy día.
VOCACIÓN Le gusta su trabajo.Le gusta enseñar. Para éles un maravilloso reto el ayudara sus alumnos adultos aquitar el miedo al agua,dejándoles claro que esto denadar no es empresa fácil, yapoyándoles para que en subúsqueda de la brazada perfectano aflore la frustacióny sí la afición por este deporte.
Y vive con ilusión las clasescon los chavales, a los quehace trabajar en firme paraque pasen pronto los temoresy terminen divirtiéndoseen el agua. “Animo a lospadres y a las madres a quevengan a jugar con ellos y aapoyarles”, subraya este guíade mil y una brazadas queadora su trabajo. “En la enseñanzahay que tener vocación”,concluye.