El club de pelota Adiskide de Galdakao cumple cuarenta años y lo hace con una salud de hierro. Cuarenta años en los que la huella de este deporte ha quedado marcada en el municipio y en muchos galdakoztarras.
Hablar de pelota mano en Galdakao es hablar del Adiskide y hablar del frontón, es pensar en el viejo y descubierto frontón de La Cruz, y el posterior, ya cubierto, que cumple quince años. Es mucho tiempo divulgando este deporte tan bonito y apasionante. Pero los comienzos no fueron sencillos. El año de su fundación, en 1975, los fundadores del club tuvieron que ir hasta Madrid para legalizar su situación. Y es que, el actual vicepresidente del club, Iñaki Ibargarai cuenta que “debía haber un alcalde en Galdakao que puso las cosas difíciles”. Este, quería que en vez de Adiskide, el club se llamase, Amigos.
El germen de Adiskide es la gran afición a la pelota de “unos cuantos amigos” que comienzan a pensar en crear un club, ya que en Galdakao “se jugaba mucho”. Como en muchos otros pueblos de Euskal Herria, la entrada o la salida de misa eran momentos relacionados con la pelota. Muchas veces, las propias paredes de las iglesias se han convertido en improvisados “frontones”.
Es en 1988 cuando Adiskide se une a la Ikastola Eguzkibegi, donde había muchos niños entrenando. Desde entonces, “más de mil chavales seguro” habrán pasado por las filas del Adiskide.
En estos momentos, son 61 chicos los que entrenan con el club. Actualmente no hay chicas, pero desde Adiskide recalcan que “estamos abiertos a que las niñas se apunten con nosotros”. Y es que, anteriormente sí que “alguna se animaba a jugar”. En el club admiten niños a partir de los seis años, y hasta categoría senior pueden entrenar con ellos. “Aquí no se da de lado a nadie por su juego”, comenta Ibargarai.
El club hace entrenamientos todos los días entre semana y los viernes siempre hay partidos en el frontón. “Viene mucha gente a ver los partidos y para los de profesionales casi hay peleas por las entradas”. Este fin de semana está siendo intenso, ya que desde el viernes hasta hoy, se han disputado partidos durante casi todo el día. Cabe destacar, que Adiskide tiene pelotaris en todas las categorías desde pre benjamín, hasta senior o aficionados.
El vicepresidente destaca que “hay mucha afición”. El club cuenta con más de 300 socios. Y saber que “hay cantera para rato, tranquiliza y anima a seguir” a pie del cañón. Ahora mismo, dentro del club “hay chavales que vienen muy buenos”, detalla Iñaki. Además, del frontón de La Cruz o Kurtze frontoia han salido pelotaris de renombre. Karmelo Ariznabarreta, Oier Zearra, Mikel Larunbe, Danel Elezkano y el actual campeón del mano a mano, del parejas y del cuatro y medio, Mikel Urrutikoetxea. Ibargarai recuerda cuando Elezkano y Urrutikoetxea llegaron a entrenar con ellos. “Ellos son de Zaratamo pero entrenaron con nosotros muchos años, se les veían detalles de grandes”, comenta.
Pero lo más importante para el Adiskide no es que “salgan diez Retegis”, sino que se cree afición y “disfruten jugando a pelota”, aunque si llegan a profesionales, “mejor que mejor, claro”. Para que “todos jueguen lo mismo” utilizan una táctica que consiste en hacer equipos de tres. “Cada partido van rotando”, y si llegan a una final, “juega el que le toca”, explica.
Por los cuarenta años, han preparado dos actos centrales. Por un lado el partido de profesionales que iba a celebrarse este fin de semana y que ha sido suspendido por la lesión de Martínez de Irujo. “Tenemos pensado hacerlo en mayo”. El otro festival será “el de la casa”. Bajo el lema el ayer, el hoy y el mañana de Adiskide, el día 30 de abril se jugarán tres partidos. “Uno de txikis, otro de aficionados del club y el otro de viejas glorias”. Se podrá ver en el frontón nuevamente a Ariznabarreta I, Ajuria, Zuloaga y Zearra.
MÁS QUE UN FRONTÓN Pero no sólo es el deporte, es la pelota, el sonido de esta cuando encuentra la pared, el blanco, el rojo, el azul, los pelotaris y el frontón. Este último es el centro de todo. Es mucho más que un recinto deportivo. Símbolo de la cultura vasca, donde además de jugar a pelota, se come, se bebe y se baila. Sobre todo antes, el frontón era el epicentro de muchos pueblos y es que, al igual que pasaba con las iglesias, en todo pueblo, por muy pequeño que fuera, había un frontón. Quien ha jugado a pelota mano siente el frontón como un lugar casi de culto, de disfrute, de recuerdos, de lucha y de valor.
El actual Kurtze frontoia sustituyó al antiguo, que hubiera cumplido un siglo este año. 15 años desde que aquella pista descubierta se derribara. “Guardo muchos recuerdos del frontón viejo”, comenta Ibargarai. Adiskide, historia viva de la pelota en Bizkaia, ya se prepara para cumplir otros cuarenta, o más.