lA revolución industrial entró por la ría de Bilbao allá por 1878, cuando Francisco Martínez de las Rivas construyó la fábrica San Francisco en el paraje baracaldés conocido con el nombre de Desierto. Fue entonces cuando nació una nueva Bizkaia, asiento de la presente. Altos Hornos de Bilbao, La Naval, Euskalduna y tantas y tantas otras relanzaron a Bizkaia a los cielos del progreso y la riqueza. Fue en esa época de entresiglos, del XIX al XX, cuando aquella Bizkaia siderúrgica y minera, ferrosa e industrial, bancaria y naviera, dejó huella en medio mundo, un ejemplo que fue elogiado en los cuatro puntos cardinales del mundo civilizado.

En aquellas ligas mayores comenzó a jugar una entre las grandes, La Comercial de Deusto. Fue fundada por el empuje de Pedro y Domingo de Aguirre, hijos naturales de Berango, que emigraron en el siglo XIX a América, donde, en contacto con los emigrantes vascos que ya llevaban tiempo allí, notaron la ausencia de una formación sólida en materia de economía y empresa. A su regreso a tierras vascas, dedicaron su legado a la creación de un centro dedicado a impartir estudios de Economía a imagen y semejanza de los existentes en Inglaterra o Estados Unidos. Así se lo comunicaron a su sobrino, Pedro de Icaza y Aguirre, que, a la muerte de sus tíos, creó la Fundación Vizcaína Aguirre, propulsora de la histórica facultad, La Comercial, que alcanzó su cénit bajo el mandato del padre Luis Bernaola, quien elevó la institución hasta cotas insospechadas. Eran los días en que ser de La Comercial equivalía a militar entre los elegidos.

cien años después Ayer comenzaron los actos conmemorativos de La Comercial -y los sesenta años de la ESTE...- en los salones del Faculty Club, donde Deusto Business School invocó a los viejos fantasmas de los valores íntegros, la audacia, el esfuerzo... Palabras que han caído en un cierto olvido. A ellas llamaron ayer todos quienes tomaron la palabra, desde el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria; al alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; pasando por el decano de Deusto Business School, Guillermo Dorronsoro; el vicepresidente de Aacsb-The Association to Advance Colleggiate Schools of Business, Timothy S. Mescon (quien recibió del propio Guillermo un bronce que recreaba un bote de remos...), y el rector de la Universidad de Deusto, José María Guibert. Testigos de todo ello fueron Mikel Álvarez, Manuel Alejandro Cardenete, Agustín Garmendia, Susana Rodríguez Vidarte, Alejandro Echevarría, Jaime Oráa, José Antonio Rodríguez Ran, Kristina Zabala, José Manuel Ereño, Antón Alfus, Iñigo Calvo, Cristina Fernández, Julie Perrin-Halot, Mirian Quintana, David Ruiz de Olano, José San Blas, Javier López Ariztegui, Javier Ilardia, Miguel Ángel Corro, Marine Condette, Abdullah D. Alharabi y un sinfín de invitados a una ceremonia donde se evocaron las viejas escuelas de negocios -solo hay catorce en activo en todo el mundo...- y la formación de los hombres y mujeres que llevaron las riendas y las llevarán. Ayer, hoy, mañana y siempre.