Bermeo - Tras casi tres meses en los que los concejales de Bermeo no han tenido que asistir a pleno ordinario alguno y tras aminorar el ritmo con el que se están llevando a cabo las comisiones, la paciencia de la oposición empieza a agotarse. El PNV cuestionó ayer el proceder del equipo de gobierno, de EH Bildu y que dirige el Ayuntamiento en minoría, por “no haber convocado sesión alguna desde el 16 de noviembre del pasado año”. La coalición trataría, según los portavoces jeltzales, de “evitar el control y los posicionamientos” del resto de las formaciones. Lo haría, según censuran los jeltzales, “quebrantando la decisión del pleno y la ley”.
Gobernar “a golpe de decreto” de Alcaldía “sin consultar previamente con nadie” las decisiones adoptadas estaría siendo la fórmula elegida para poder llevar a cabo las políticas municipales. En el trasfondo del asunto está la minoría con la que EH Bildu lleva las riendas del ejecutivo bermeotarra -7 concejales, con otros 7 jeltzales, 2 de Guzan y 1 de Izartu-, y que ya le ha costado algún revés que otro. Ejemplo de ello es la polémica suscitada por el sueldo de la primera edil, Idurre Bideguren. El tema tuvo que ser zanjado en un bronco pleno extraordinario en diciembre.
La periodicidad con la que se celebran los plenos municipales suele estar fijada por la Ley de Régimen Local. Y se estableció en la sesión inaugural de la legislatura, en junio de 2015. En el caso de la villa marinera, “se aprobó por unanimidad” y se debería de organizar “uno por mes”. A la vista del incumplimiento, los jeltzales se han cuestionado si “la alcaldesa y el grupo de gobierno no han de acatar la palabra dada” y, sobre todo, si se está coartando “la participación” a los concejales “elegidos por los vecinos”.