SANTURTZI ? Fede Merino,con los ojos de su cámara, es“documentalista” de lo ordinarioy lo extraordinario. De locotidiano de la vida en Getxoentre 1973 y 1998 ?su rutina:en la plaza, en las fiestas... quequedó plasmada en un libro?y de lo histórico de la construcciónde un museo de formasimposibles a orillas de laría de Bilbao (Guggenheim,1995-97) o de un campo de fútbolde espíritu santo (SanMames Barria, 2012-14). De lohabitual que era el trabajo enla fábrica ?la publicación AltosHornos de Vizcaya y la industrializaciónasí lo recoge? y delo especial de actuaciones derelumbrón en el Teatro Arriaga:el Ballet Bolshói en 1987...(archivo gráfico, 1987-2002) oen el Palacio Euskalduna:Sofía Loren en 2002... (archivográfico 1999-2003).
Estos son solo algunos trabajosdel fotógrafo getxotarra,asentado ahora en Santurtzi,Fede Merino. Su última creación?parte de ella, colgada hastafin de este mes de las paredesde La oficina de Txutxi, enel municipio de Ezkerraldea?tiene un toque más extraordario,ya que son versiones “muypersonales” que su hijo Karlosy él han realizado de míticasimágenes del Athletic: la ilustredelantera de Iriondo,Venancio, Zarra, Panizo y Gainzasigue siendo reconociblepese a que estos artistas la handifuminado; las estiradas delTxopo, incluso en otros tonosblancos y negros, continúanimpresionando, y aquel abrazode Julen Guerrero y Etxebe,aunque adquiere textura decuadro por el tratamiento digital,conserva su original significado.
“Es una transformaciónque mantiene la esencia fundamental”,asegura Fede sobreesta obra, titulada Txapeldunak.Este autor disfruta con lahuella imborrable del Athleticen el tiempo, en el pasado y enel actual, y con las posibilidadesque le ofrece ante su objetivo.
“Con 8 o 9 años, siendo youn cacanajo de 1,20, me encontrécon Zarra y Venancio y meparecieron gigantes. Claro,medían más de 1,80 y 1,90. Meencontré con unos gigantes,pero en todos los sentidos, porque eran unos mitos.Alguien a quien te gustaríaimitar”, evoca Fede. Estesentimiento perpetuo conlas épocas de los niñoshacia los futbolistas es unade las razones que lleva aeste getxotarra a situar alAthletic en su punto demira. “Uno de los grandesvalores del club es saberhacer no solo un buendeportista, sino un buen serhumano. Eso lo ejemplificanZarra, Iribar, Guerrero,Gurpe...”, reflexiona. La despedidadel vetusto SanMamés y el alumbramientode La Catedral del sigloXXI son parte de su álbum.“Estaba frente a un hechohistórico y me apetecíadejar constancia de ello”,señala.
LA VIDA CORRIENTE Noobstante, Fede, a lo largode su carrera de disparos,ha sido más observador yretratista de lo normal.Muestra de ello son suslibros La nobleza de la vidacotidiana, que recopila instantáneascorrientes de losvecinos de Getxo, y AltosHornos de Vizcaya y laindustrialización, un proyectocon fotos de la fábricay sus trabajadores a lolargo de varios años. JulioCaro Baroja ?sobrino delnovelista Pío Baroja? leintrodujo en esta senda. “Élme propuso valorar la vidacotidiana. Valorar lo queno se valora. En el telediariono sale la vida cotidiana,no es noticia. Pero Juliodecía que sin la vida cotidiananada existe. Es el origende todo, es Indurainmontando en bici con 12años”, ilustra.
Pero en cualquiera de lasfacetas, ambas con perfileshistóricos, Fede va más alláy trata de “no quedarte enlo superficial, sino ver quépasa con lo que estamosviendo”, explica. “Entiendola fotografía como documentaciónde la historia. Esun maravilloso instrumentoque proporciona datosdemográficos, etnográficosy estadísticos”, valora.